LAS IDEAS Y EL ORIGEN DE LA SEMIÓTICA EN J. LOCKE
1. La dimensión crítica de la reflexión sobre el lenguaje natural
El[1]
libro III del Ensayo sobre el
entendimiento humano es la 1ª obra que expone las tesis semánticas basadas en el giro epistemológico cartesiano.
Primer tratado de filosofía del lenguaje è
se abordan explícitamente problemas epistemológicos ligándolos a problemas
semánticos.
Las investigaciones lógico semánticas están indisolublemente ligadas
a la resolución de problemas filosóficos.
La reflexión sobre el
significado: parte de la elucidación filosófica. Su sentido es el de
colaborar en la eliminación de obstáculos para la resolución del problema
epistemológico central en su filosofía: la naturaleza y los límites del conocimiento
humano. La adquisición de un pensamiento claro y distinto exige remediar las imperfecciones y los abusos del
uso del lenguaje.
·
Dimensión
práctica: prevenir y evitar los errores a que nos induce el conocimiento imperfecto
del funcionamiento del lenguaje.
·
Estudio
del Lenguaje: adquiere en el mundo anglosajón una dimensión crítica
relacionable con el surgimiento de la nueva metodología de la ciencia.
o F. Bacon: Desconfiar, sistemáticamente
o metodológicamente de los usos establecidos, petrificados en el lenguaje, en
la medida en que expresan un conocimiento caduco, incierto o confuso. è
Al dejar de ser fiable es preciso sustituirlo por un lenguaje perfeccionado:
por el matemático, en el que está
presuntamente escrita la naturaleza.
El uso correcto del
lenguaje natural: requiere el conocimiento auténtico, y en consecuencia una
teoría correcta sobre el origen y la
naturaleza del conocimiento, una epistemología adecuada è
sólo cuando se la posee puede estudiarse el lenguaje natural con garantías de
éxito.
Semiótica de Locke: una
investigación doble en relación con las palabras y las ideas por un lado y las
ideas y las cosas, por otro.
Respecto a los modistae: la relación se invierte è
son los modi significando los que efectúan
de modo arbitrario la disección de
la naturaleza è
importancia de las convenciones lingüísticas tradicionales: su análisis de la realidad no representa un
auténtico conocimiento.
2. La noción de idea en J. Locke.
El concepto central: idea.
è cierto
tipo de signos de las cosas.
Palabras: signos de
las ideas. Es la tesis central de su semiótica: las palabras significan ideas.
Clases de ideas: individuales y generales.
Su tesis semántica pasa necesariamente por el examen de las
clases de ideas y las categorías de palabras relacionadas. Problema del
carácter individual o general de las ideas.
Las ideas como significado de las palabras.
El enunciado más sintético de su teoría del significado es que
las palabras nada significan,
excepto las ideas alojadas en la mente de quien las usa. Parece excluir las acepciones metalingüísticas
de las palabras, las de auto referencia así como las sincategoremáticas (sirven
para significar la conexión que establece la mente entre las ideas o
proposiciones, circulando unas con otras).
Luego, la teoría del significado Lockeano è
atañe a términos categoremáticos. Especial importancia a la función nominativa: centra su análisis sobre la
categoría de nombre (sustantivos y
adjetivos) y a los predicados verbales. Se enmarca en la concepción general de
Locke sobre la función del lenguaje en interacción
social.
3. Lenguaje y comunicación: las condiciones de posibilidad de la comunicación
La función del lenguaje: exteriorización
de un mundo individual inaccesible al examen del congénere. Intercambio de
información. Conexión entre mentes de otro modo inaccesibles recíprocamente. Comunicación: manifestación de las
ideas del hablante que experimenta y la captación de esas ideas por parte del
auditorio.
Las palabras sólo
pueden significar para quien las
utiliza en la medida que en su mente se
encuentra primeramente la idea
correspondiente. La realidad sólo es
captable en forma de idea (la cual es asimilada e integrada en el ámbito de
la experiencia), lo que dificulta la
explicación del aprendizaje y uso del lenguaje è pensar nada más en aquellas
palabras que se usan sin representación en la idea, sin posibilidad alguna de
nombrarlas significativamente.
El lenguaje no permite referirse directamente a la realidad,
sino sólo a través de las ideas. Si las ideas sólo representan el fruto de la
experiencia, el lenguaje pierde significatividad: sólo podemos hablar significativamente de aquello que hemos
experimentado è
los límites del lenguaje del individuo han de coincidir con los de su
experiencia individual. Esta rigurosidad impide explicar la función
comunicativa del lenguaje de forma real.
Para esto, Locke acude a dos tesis implausibles:
Primera tesis
La comunicación se basa en la presunción de que las ideas que tienen los demás en su mente son similares a las nuestras.
Segunda tesis:
La comunicación se hace posible mediante una falsa relación directa entre lenguaje y
realidad, creemos ilusoriamente
que nuestras palabras se refieren a una
misma realidad, lo cual no es sino una equivocada concepción de cómo
funciona el lenguaje, en la necesidad que tenemos de dar valor de realidad a
nuestras afirmaciones: la palabras se
refieren a las ideas, y sólo pueden referirse a ellas cuando se habla significativamente.
è
usamos la palabras asignificativamente porque no les asociamos ideas, se
incluye en esta ilusión el aprendizaje lingüístico.
La auténtica comunicación requiere identidad de denominaciones
e identidad de ideas.
Los hombres pueden
tener las mismas ideas porque experimentan una realidad igual y sus instrumentos
de percepción de la realidad son también similares.
4. Nombres comunes e ideas generales
Es posible la existencia de ideas generales (resultado de una
abstracción operada sobre ideas particulares). Estas ideas generales constituyen el significado de los nombres comunes,
que se aprenden mediante un proceso paralelo de generalización. èLo general no existe como tal: es producto del entendimiento, que no es identificable sin más con una pluralidad de cosas, aunque se aplique
a todas y cada una de ellas.
5. Esencias reales y nominales
La idea general
(que permite agrupar las cosas en clases) es el significado del término
general: la esencia de la especie o
género correspondiente a la clase. Precedente del intensionalismo moderno (no
identifica los conceptos con las clases extensionales correspondientes, sino
con conjuntos de propiedades definitorias que se aplican a todos los miembros
de la clase en cuestión).
El proceso de
abstracción no es siempre arbitrario (a veces se fundamenta en la
realidad). Clases naturales: “todas las
cosas que se propagan por la simiente”.
El mismo término se debe a que corresponde a una misma idea general formada
sobre la base de la similitud entre los individuos de la especie en cuestión.
La idea abstracta que nos hacemos de una especie es la esencia misma de la
especie en cuestión, el significado del
término general è
postura conceptualista moderada: el significado
de los términos generales es el concepto (fundamentado en las
sustancias) equivalente a la totalidad articulada de componentes conceptuales. El
significado se corresponde con la idea
abstracta constituida sobre la base de la esencia nominal.
La disimilitud entre la esencia real y la nominal se aplica en
el caso de las sustancias è
no en caso de los nombres de las ideas simples y de los modos (las ideas
coinciden).
6. La semiología de Leibniz, el lenguaje como instrumento cognitivo.
Obra Nuevos ensayos sobre el entendimiento
humano, respuesta detallada al Ensayo de Locke. Dialogo entre un
expositor de las teorías de Locke y un portavoz de Leibniz. Estructurado a
semejanza punto por punto del Ensayo. Otro tratado sobre sus ideas lingüísticas
en el tratado De las palabras en el
que Teófilo (portavoz Leibniziano) puntualiza o rectifica las ideas propuestas
por Filaletes (trasunto de Locke). Escrito en 1704, no fue publicado hasta 1765
(no tuvo el impacto pretendido).
En Nuevos ensayos: carácter
diferencial del lenguaje, necesidad social e histórica y expresión de una
naturaleza racional humana frente a la animal.
è
la facultad del lenguaje no depende solo de estructura morfológica sino de su facultad de razón (capacidad para
representarse la realidad a través de las ideas). No nexo entre lenguaje
hablado y organismo humano; sí, entre lenguaje hablado y su entendimiento.
Diferencias entre
Locke y Leibniz respecto a la función
del lenguaje: para el primero es un
sistema de representación del conocimiento (remedia las limitaciones del
entendimiento humano); para el segundo es un instrumento cognitivo, medio natural para acceder al conocimiento de
la realidad.
Leibniz discute la
arbitrariedad del vínculo de la palabra y su significado: es posible que su
aspecto arbitrario obedezca a que la
evolución histórica haya borrado los rastros de una relación natural
primitiva. è
plausibilidad de una lengua común
primigenia. El fundamento para la
significatividad de la lengua adánica
fue el simbolismo fónico o fonestesia
(relación natural entre dos clases de sonidos) è articulación de la palabra y a sus referentes.
Los motivos de la defensa de esta hipótesis: coherencia con su
propio sistema filosófico: no pueden atenderse
las explicaciones que acerca de estos asuntos ofrece Leibniz fuera del contexto que supone su sistema
filosófico (metafísica de un orden natural que se corresponde con un orden
del pensamiento è
orden lingüístico, lengua natural). Su naturalismo semántico supone un retorno al realismo de los modistae è
la primitiva lengua adánica: los modi intelligendi; la estructura de la
realidad; modi essendi).
7. Nombres comunes y abstracción
Otro punto de diferencia entre Locke y Leibniz: la semántica
de los términos generales. Para Leibniz el
lenguaje, además de dar cuenta
de la existencia de entidades
particulares, debe dar cuenta también
de sus relaciones, tan reales como
los particulares mismos, en nada
arbitrarios, antes al contrario, forman parte de la estructura de la
realidad reflejada por el lenguaje.
Concede primacía a
los términos generales (designan
relaciones de similitud entre individuos, con propiedades compartidas) sobre
los nombres propios: las primeras
palabras, las más generales y los nombres propios, resultado de un proceso de
especificación a partir de aquéllas, aplicaciones abreviadas de nombres de
clase.
Abstracción en
semántica es un proceso cognitivamente
antecedente a la especificación
individual: el proceso de aprendizaje va desde lo general a lo particular
(primero nombres abstractos y posteriormente se aprende su aplicación con
nombres de referencia más reducida). Lo
individual no es accesible al entendimiento. Locke, en cambio, pensaba que
la captación de la realidad comienza necesariamente por la experiencia de lo
individual.
Realismo radical: conceptualismo moderado. No necesita establecer distinción entre esencias reales y nominales ( Locke) è reducción al absurdo: identifica lo posible y lo
real ( su teoría modal) o bien las esencias nominales son posibles, luego
verdaderas, o bien son falsas, y por tanto imposibles, pseudociencias è
no pueden existir diferencias entre unas y otras basadas en nuestra capacidad
de elaboración arbitraria de ideas abstracta. Para Leibniz no existen los
sustantivos de clases naturales y los predicados referidos o modos: sólo existen diferentes formas de
especificación de su significado.
8. El proyecto de una lengua universal.
Posibilidad y realidad trasladada a teoría de lenguaje è
estrechamente relacionada con el proyecto de una lingua universalis. Si la realidad tiene una estructura, esta estructura u orden natural ha de poder
reflejarse en una lengua auténticamente
pura è y
ese orden lo ha de plasmar en una estructura lógico-semántica. En esa lengua,
la definición de los términos ha de conllevar la expresión de su posibilidad
real: la semántica de esa lengua no
sería sino la verdadera ontología, la descripción auténtica de la realidad
y la estructura.
Proliferaron a lo largo del siglo XVII muchos proyectos de
lenguas universales. En todos estos lenguajes è una misma concepción semántica (desde Hobbes) : el signo lingüístico es un instrumento de
cálculo que, como tal, puede ser sustituido por la entidad matemática, una cifra.
Como la realidad tiene una estructura matemática (Galileo) è
la lengua universal (matematizada) permite el acceso a esa estructura como
auténtico instrumento de conocimiento.
Idea que se encuentra en Leibniz también. La
concepción de Leibniz coloca la estructura lógico-semántica como columna
vertebral del lenguaje y la realidad. Estructura común tanto a la combinación
de las ideas simples como a la concatenación de los términos primitivos.
La relación natural entre símbolo y lo simbolizado no sólo se
aplica a los elementos, sino también a sus relaciones, incluso en el lenguaje
natural.
La fijación de los elementos
primitivos y su combinación, y la construcción de la lengua universal es interdependiente, sin relación temporal de
prioridad. La misma elaboración
sistemática de charasteristica
universalis habría de conducir al descubrimiento de la “filosofía
verdadera” que había reclamado Descartes como requisito previo a cualquier
proyecto de lengua “filosófica” è
concebía esta lengua como un medio de
alcanzar el conocimiento. No puede desligarse como ya se dijo las
concepciones de Leibniz acerca del lenguaje del resto de su metafísica: la idea de que la ontología y la gramática se
encuentran vertebradas en torno a la lógica y que esta determina el ámbito de
lo real.
[1] Apuntes extraídos del libro Filosofía del lenguaje de
Eduardo de Bustos Guadaño (UNED 1999). PGS. 95-122