domingo, 29 de mayo de 2011

Sobre "La Universidad y el cambio del sistema por innovacion tecnología".- Gombau

Texto a comentar tomado del artículo titulado “La universidad orientada a los servicios: una perspectiva sistémica de cambio permanente por la innovación tecnológica” de José P. Gombau.  Rfa. ROCA, Genís (2006) “La presencia de las universidades en la RED. En ROCA, Genís (coord) [Monográfico en línea] Revista de Universidad y Sociedad del Coocimiento (RUSC) Vol 3, nº 1 UOC < http: //www.uoc.edu/rusc/3/1dt/esp/roca.pdf >

“ El auge de Internet en los últimos años ha conducido a la proliferación de e-servicios, éstos están brotando en forma de portales. Algunos de estos e-servicios interaccionan entre sí para ofrecer otros servicios más complejos. Es de esperar que los e-servicios de una generación futura interacciones entre sí de manera dinámica debido a las ventajas que este modo de operar proporciona, y estos modelos de interactuación son los que van a necesitar de modelos organizativos flexibles que nos independicen de las dependencias tecnológicas actuales.
El e-business requiere una nueva generación de aplicaciones, y éstas difieren en seis puntos clave de las tradicionales: las aplicaciones e-business deben basarse en estándares multiplataforma, amplían los servicios tradicionales, son escalables, y fáciles de desarrollar y de utilizar, y están creadas para poder gestionarse fácilmente.
Así pues, la arquitectura necesaria para soportar el modelo del e-business asegura que los servicios y los datos de la aplicación puedan estar en cualquier plataforma, que las aplicaciones sean capaces de soportar cualquier tipo de cliente, y también, que puedan crearse independientemente de la plataforma. Para soportar este modelo necesitamos un almacén físico, denominado repositorio, donde resida el conocimiento de los procesos de gestión y se posibilite la integración de todos los procesos internos y externos con el e-business (fig. 11)
Además, el e-business abre mercados, incita a las alianzas y a la participación en terrenos diferentes a los comunes. El diseño de e-servicios dentro de la comunidad universitaria necesita promoverse en todos los ámbitos como el vehículo que debe orientarla hacia la sociedad del conocimiento. Los servicios no deben gestionarse de manera diferente por ofrecerse en la Red, no se está en Internet por el hecho de tener un portal; hace falta ofrecer servicios y productos que interesen y, como hemos visto, es necesario anticiparse para ganar ventaja competitiva. Por supuesto, un portal universitario se caracteriza por los servicios educativos y de investigación.
Respecto a la interoperabilidad aplicada a la gestión universitaria, debe ofrecerse en régimen de autoservicio, para que los clientes externos puedan introducir y monitorizar sus pedidos, los proveedores puedan gestionar el inventario de sus productos y los empleados introducir sus propias informaciones y autogestionarse. Luego, la orientación de la universidad hacia el autoservicio, ofrece, sin lugar a dudas, una serie de oportunidades claras. Un servicio digital en régimen de autoservicio debe estar diseñado de igual forma que si fuese a realizarse de manera presencial. Así, los sistemas de soporte funcionalmente deberían ser iguales; sólo cambiará que la persona que los use puede ser el mismo cliente o el personal de la universidad. De igual forma, una vez realizado el trámite, su gestión interna seguirá los cauces diseñados. Por tanto, los e-servicios no existen si entendemos lo electrónico exclusivamente como el uso de la Red, ya que no generamos un nuevo valor; eso sí, ganamos en flexibilidad, reducimos costes, aumentamos la rapidez y la precisión de la gestión, e incrementamos la productividad.”

El texto muestra las condiciones que determinan los servicios gestionados por Internet (e-services), enfocados al negocio, (e-business), enumerando los requisitos y habilidades tanto electrónicas como personales necesarias para aplicar este tipo de tecnología en el ámbito de gestión universitaria afirmando la no existencia de estos servicios si se entiende lo electrónico exclusivamente como el uso de la Red y no se incluyen las plataformas interactivas.
La posición del autor es favorable al asunto que expone, no se cuestiona la verdad de lo que se diserta, sino que se sitúa en la postura del convencido, centrándose exclusivamente en la cuestión formal, ¿cómo se tendrá que aplicar la tecnología que anuncia? ¿Qué se precisa para ello? En este contexto se posiciona al lado del vendedor, es decir, tengo un producto, una idea, un proyecto, yo soy un experimentado conocedor de aquello que voy a ponderar, y por lo tanto te lo voy a vender. La única exigencia que pone es un nuevo cambio de mentalidad que transforme los actuales modos de interactuar por la Red librándose de los usos exclusivamente electrónicos de la misma. Debido a ello no faltan frases y expresiones que cumplen la finalidad de recordar la bondad y lo necesario del objeto ponderado.
A primera vista, por el asunto tratado se impone la tarea de precisar para su completo entendimiento algunas expresiones, nombres y verbos, que componen el tópico o argot del contexto en que se está dando. Por ejemplo, expresiones como e-servicios, o e-business, nos sitúan en el ámbito de la informática, concretamente expresa en el mundo de Internet la e- de electrónico. Así nos colocamos frente a nombres unívocos en este mundo como “portales”, “plataformas”, “aplicaciones” y verbos como “soportar” en el sentido del mantenimiento por parte de un dispositivo de la intercomunicación de un destino mientras el usuario opera en sus acciones. Esto evitará, creo, asombros como el que tendría quien no estuviera al tanto de estas circunstancias y leyera la frase “... que las aplicaciones sean capaces de soportar cualquier tipo de clientes...”
La clave de todo el texto se encuentra a mi juicio en el primer párrafo, que es en sí todo él una opinión: “ las futuras interacciones dinámicas nos harán más independientes tecnológicamente en aplicaciones e-servicios de Internet. Se trata de una argumentación deliberativa persuasiva en la que cada argumento u opinión particular sirve para fundamentar la anterior. Consiste asimismo en una argumentación inductiva, que va desde las causas El auge de Internet en los últimos años, a los efectos  ha conducido a la proliferación de e-servicios , y éstos a su vez, como causa de las interacciones para constituir servicios más complejos que a su vez serán causa de los modelos organizadores flexibles que nos independizaran de la tecnología actual. Hasta concluir la cadena argumentativa.
Es una inducción encadenada basada en el topos argumentativo de la informática: la perfección tecnológica unida al progreso temporal garantizado por lo que este mercado ha canonizado como plusvalía de subsistencia bajo el nombre de obsolescencia programada: retraso en la comercialización de productos ya viables con el fin de explotar al máximo los ahora existentes, estableciendo para la caducidad de éstos una fecha pactada entre todos los componentes de la cadena económica y los operadores del mercado a excepción del consumidor, y transformar con ello a los primeros en productos imprescindibles. Esto  permite hablar a los entendidos en estos asuntos (como deja claro el autor del texto por los párrafos que siguen) con conocimiento exacto de causa, y les permite adoptar, como aquí, un talante casi profético.
Como puede verse, la clave de la argumentación se encuentra en el primer párrafo. Estableciendo que las futuras necesidades de Internet van a hacer necesarias todas las demás reformas y reajustes tecnológicos con el fin de garantizar servicios que van a aparecer. No es extraño que este párrafo muestre tiempos verbales marcados en perífrasis de futuro como IF “ es de esperar que” , y “son los que van a “, y los demás usados en el texto vayan en presente pero en estilo incoativo, es decir, situados temporalmente en un hipotético futuro, haciendo presente un futuro anunciado en el primer párrafo, el cual se encuentra dentro de lo que la gramática argumentativa considera una argumentación no formal demostrativa, en que El auge de Internet en los últimos años ha conducido a la proliferación de e-servicios podría figurar como regla general (RG), y el resto como datos / argumentos (D/A) + una conclusión (CO /O) y estos modelos de interactuación son los que van a necesitar de modelos organizativos flexibles con un indicador de fuerza “disfrazado” Y” que podría sustituir a “ Por lo que” que vendría a reforzar el carácter demostrativo.
Lo más característico de los tres párrafos siguientes es la ausencia de indicadores de fuerza. El autor, una vez establecida la premisa principal : los modelos de interactuación nos harán independientes de las dependencias tecnológicas actuales nos facilita en el segundo párrafo una serie de Datos D con que muestra en qué puntos va verificarse dicha independencia, dejando elididas por una parte el indicador de fuerza  “ya que” que conecta con el anterior; y por otra, la operación de enumeración aplicaciones de nueva generación, capaz de hacernos ver sin haberse nombrado, en qué consisten las actuales por simple aplicación mental del contrario en cada una de ellas. El tercer párrafo enlaza con el segundo con un IF “así pues” que introduce un nuevo párrafo de indicaciones técnicas esta vez encaminadas a justificar un procedimiento, es decir, a un aplicación concreta de los datos anteriormente facilitados de manera general, que operan como conjunto de Opiniones conclusivas. Así pues... la arquitectura necesaria para soportar el modelo del e-business asegura  + una serie enumerativa de O que dicho Argumento “asegura” que son introducidos por el calificador “que”. El párrafo se abre a una línea ambigua, al no venir marcada con indicador de fuerza, porque no deja al lector satisfecho si se trata de un respaldo o de una reserva. Respaldo si se interpreta el . Para soportar este modelo necesitamos un almacén físico como “ Y así, para....” o Reserva  “ aunque para...”. Puede interpretarse también como una argumentación independiente, más en la linea de los datos del segundo párrafo, lo que convertiría toda su presencia en un dato más dentro del campo de los requisitos, y vendría a ser un ARG independiente que remite a una figura de referencia que figura en el texto original y que hará las veces de Dato, y que convierte al calificador (fig.11) en conector dentro de un argumento del tipo “ver figura 11 (D) para (C ) almacén físico, denominado repositorio, “necesario y que ha de soportar este modelo descrito”.
El cuarto párrafo comienza con un almacén de argumentos en favor de los e-business. Viene introducido por el indicador de Fuerza “Además”, siendo este mismo IF el elidido en las restantes frases. De este modo llegamos a la segunda parte deliberativa del texto, que refiere la variante del tema general al particular, es decir, la primera oración de este párrafo viene a ser en enlace del tema general (los e-business en general)  con el particular (gestión universitaria). Se elide el indicador “Del mismo modo”, “Asimismo”, que actúa en esta concatenación argumentativa de nexo como Opinión conclusiva de lo anterior y como incoativa de lo que sigue. La elisión de los indicadores de fuerza operan en sentido de refuerzo para dar el carácter de algo sentado y demostrado, lo que confiere a todo el argumento un carácter analógico (argumentación por analogía). No se equipara, pero sí se ha usado lo anterior como argumento introductorio del tema o nudo. Comienza con una argumentación del tipo ARG = [O + [E+ A1] + IFe+ JS + [D + RE]] :  O E(neg) èLos servicios no deben gestionarse de manera diferente por ofrecerse en la Red + A1 en negativo (elidida el IF “porque” no se está en Internet por el hecho de tener un portal  è + IFe Elidida (“sino”) + R + [D+RE] hace falta ofrecer servicios y productos que interesen y, como hemos visto, es necesario anticiparse para ganar ventaja competitiva   donde el “como hemos visto” actúa de argumento conector / dato con el resto del texto anterior. Enlaza luego con el IF “Por supuesto”, con el RE un portal universitario se caracteriza por los servicios educativos y de investigación.
El último párrafo es el más deliberativo de todos, porque es el que tiene menos fuerza persuasiva, al haber precisado de una batería causal previa y una continua enumeración de Datos ponderativos, vertidos en el párrafo anterior, de ahí que use más explícitamente los indicadores de fuerza. Comienza el párrafo con una larga argumentación teleológica, que nos lleva a una consideración nuevamente causal. Veamos: Una expresión que sirve de bisagra especificativa del ámbito de aplicación del argumento respecto a la interoperabilidad aplicada a la gestión universitaria “si tenemos en cuenta ” nos lleva a la opinión
 Argumento caracterizado por subordinada final e introducido por el calificador “para” lleva a la CO conclusión IF+ [O [C] CO] IF = luego è O CO: la orientación de la universidad hacia el autoservicio, ofrece, /,/ una serie de oportunidades claras  con el C intermedio “sin lugar a dudas” , reforzando la endeblez de la conclusión. Y pasa a dar cuenta de dichas “oportunidades claras” (argumento anticipatorio o catafórico). Opinión premisa: Un servicio digital en régimen de autoservicio debe estar diseñado de igual forma que si fuese a realizarse de manera presencial ; indicador de fuerza: “ así” ; argumento  Así, los sistemas de soporte funcionalmente deberían ser iguales ; indicador de fuerza elidido “ya que” ; Justificado por sólo cambiará que la persona que los use puede ser el mismo cliente o el personal de la universidad. Opinión, premisa segunda, introducida por un conector “De igual forma” (mismo plano jerárquico) su gestión interna seguirá los cauces diseñados, conector elidido condicional “si” “realiza el trámite”. Conclusión introducida por IF “Por tanto” (es importante porque marca todo el resto de la conclusión que es condicionada al referirise al resto del texto) Tenemos una condicional referida al mismo introducida por el calificado Si y el adverbio “exclusivamente” “si entendemos exclusivamente” è los tres primeros párrafos del texto. Conclusión: “los e-servicios no existen”, que nos lleva a la implícita: “para que existan hay que entender los e-servicios como se explica en este texto. Y para ello introduce una explicación introducida por un IF + JS ya que no generamos un nuevo valor, con una alternativa en forma de opiniones encadenadas eso sí, ganamos en flexibilidad, reducimos costes, aumentamos la rapidez y la precisión de la gestión, e incrementamos la productividad. Se trata de una argumentación un tanto extraña, porque las premisas parecen en principio apuntar a otra conclusión más explícita y menos condicionada que a la que llega el texto, y porque la alternativa final parece contradecirse con las premisas expuestas en los párrafos segundo y tercero.

Luis Manuel Cebrero Gómez

sábado, 28 de mayo de 2011

GRAMÁTICA DE LA ARGUMENTACIÓN.- Lo Cascio

Dos motivos me han movido a decidirme por este libro a la hora de elegir sobre cuál habría de hacer la reseña obligatoria correspondiente al primer trabajo de curso. El primero es que ha sido durante todo el curso mi compañero de mesa en esta disciplina (yo había estudiado y procurado comprender en su día lo que se conocía entonces como retórica literaria, la del manual de Lausberg.) Me ha llevado de la mano a lo largo de todo el camino, de la realidad factual a la realidad argumentativa, y lo ha hecho de manera tan total, que de haber podido presentar este trabajo en sus plazos ordinarios,  es seguro que no habría podido confeccionarlo (lo que mueve al que suscribe a solicitar  de quien corresponda, sea requerida dicha labor exegética como parte del segundo y no del primer trabajo de curso.) El segundo motivo condice mi propia visión de la orientación lingüística observada en el análisis argumentativo, que me ha descubierto cierta afinidad con una disciplina que comencé a estudiar pero que dejé aparcada no sé dónde, quizá para siempre: la lingüística.
Dicho esto, un primer visazo a su índice nos revela un cierto desconcierto en el plan del libro al tiempo de fijar un sistema de estudio. Esto se observa en que comienza hablando de los modelos textuales con anterioridad a lo que ha de considerarse nudo y objeto de la disciplina que pretenderse mostrarse: el texto argumentativo. Y este, a su vez, es presentado con anterioridad a las condiciones pretextuales o extratextuales, tal el hecho de definirse como acto de habla, también el marco de la argumentación, el escenario, los lugares, las condiciones y tipos, etc.; para luego regresar de plano al texto argumentativo, a su análisis gramatical léxico semántico, a la definición de las categorías (predefinidas ya al principio del libro) hasta dar con la gramática argumental más pormenorizadamente, aunque exhibiendo cierta descoordinación en lo que se refiere a la exigencia de una ordenada presentación de los elementos que integran el texto argumentativo, en qué orden han de figurar, los criterios de hallazgo , identificación y definición de indicadores de fuerza y la valoración del texto argumentativo, para luego en este último tramo volver de nuevo a lo ya apuntado al principio sobre los diversos tipos de argumentación. Y por fin, concluir el libro con un vistazo somero a los sistemas de manipulación argumentativa por medio del inciso, aunque de forma superficial, en el “espinoso” asunto de las falacias argumentativas; y también concluir con referencias y ejemplos de los lenguajes que denomina especiales: matemático, físico, médico, jurisprudencial y económico. Analiza por separado, eso sí, tanto el lenguaje político como el de la publicidad, por ser éstos los más susceptibles de padecer manipulaciones  y por tanto más “espesos” , más nutricios, desde el punto de vista argumentativo.
El libro está asperjado de ejemplos en todos sus capítulos y secciones, algunos más afortunados que otros, posiblemente debido menos a la pericia que a la voluntad de traductor — o “trasladador”, como ahora pretende nominar a este oficio la falaz jerga “científicamente correcta”—. Tiene, creo, su talón de Aquiles en la traducción, toda vez que adolece de la limitación idiomática, consecuencia de prescindir Lo Cascio en sus enfoques metodológicos de los criterios generalizadores de la lingüística estructuralista Saussureana y afincarse en el cartesianismo Chomskyano de la gramática generativa, el cual se basa en la competencia de un hablante determinado en su propia lengua, merced a una regla concreta de reescritura y al particular bagaje léxico—semántico de dicho hablante. Lo que bien puede verificarse en las dificultades para sistematizar los  símbolos y las denominaciones tanto de conectores como de categorías de la gramática argumentativa que se está exponiendo, incurriendo el autor en una ambigüedad al emplear dichos términos con total impunidad, usando algunos no presentados previamente y dejando al lector a merced de un cierto empacho taxonómico, imponiendo a éste la realización de los esfuerzos sintético y sistemático que en puridad debieron corresponder a aquél.
Esto último quizá sea debido al préstamo que toma de las categorías Toulminianas en los capítulos previos a la parte genuina, la gramatical, así como de los tiempos de la argumentación extraídos de Perelman y Olbretch-Tyteca, y también de los condicionamientos extratextuales de Van Eemeren y Grootendsdorf. El empleo por parte de cada uno de estos autores, representantes unos de la filosofía, y otros de ramas de la Sociología, o inductores del Critical Thinking norteamericano, y la subsunción de éstos por parte de Lo Cascio, hace a veces confusa su explicación de las categorías gramaticales, no siendo lo suficientemente preciso cuando, por ejemplo, se refiere al Refuerzo ( RE) o a la Reserva ( R ) o al Respaldo. O, también, la diferencia clara entre la Justificación (JS) o la argumentación (ARG) o el argumento (A) y la alternativa (AL), ni cómo detectar y describir su modo de empleo dentro de un texto dado. Por no hablar de cierta inconcreción al definir y relacionar los indicadores de fuerza que a veces aparecen como IF y otras, como O, opinión, de forma inopinada ignorándose los antecedentes. Lo mismo que, por ejemplo, cuando habla de las expresiones performativas sin distinguirlas de indicadores de fuerza para contraargumentos ( pg. 233), sin quedar aclarada la diferencia entre éstos, y por ejemplo lo que denomina calificador (C). Otra inconsecuencia aparece tras exponer el cuerpo de su propia teoría, en los cap´. 5 y 6, porque vuelve en el 7 a recurrir a la retórica perelmaniana para exponer los tipos de argumentación o retórica ( pg. 262) virando de la descripción lingüística a los criterios sociológicos de valoración ( retórica consoladora, generadora, análisis de embellecimientos), bastante menos precisos y con campos más dialécticos. Es esta fluctuación continua entre enfoques diferentes, lo que hace ciertamente sinuoso el camino y un tanto fatigoso avanzar por el libro de Lo Cascio, desde las categorías universales (debatibles, controvertibles), hasta las lingüísticas ( incontrovertibles, científicas), lo que hace sospechar que realmente el contenido gramatical de la teoría de Lo Cascio no parezca tener suficiente autonomía como para prescindir del aparato cognitivo que lo enmarca y parece evaluarlo. Esto es lo que a mi juicio perjudica esta gramática, porque la convierte de hecho en una pseudo sintaxis de los semantemas.
Por otro lado, veo innecesario el estudio — mejor decir mención — de las falacias, dado que el empleo de las mismas dentro de los textos argumentativos se debe a un fin puramente estratégico y ajeno al hecho de lengua, por lo que su análisis en el contexto exclusivamente gramatical es un exceso. Sin embargo, puede ser conveniente aludir a este tipo de argumentaciones, como contrapunto a los buenos deseos exigidos por Van Eemeren y Grootensdorf a los sujetos argumentantes, aunque a mi juicio no se trate de un tema que deba servirse como aperitivo dentro de la gramática de la argumentación, sino como referencia de un estudio independiente, especial y concienzudo.
El libro es valioso para el que, como es mi caso, se inicia en esta disciplina de la lógica informal; aunque sería exigible más precisión categorial, más sitematicidad en las taxonomías y una eliminación a conciencia de aspectos superfluos que distraen de la cuestión central que se presenta en primicia: la descripción gramatical del hecho discursivo.
 Por el lado del principiante resulta cómodo y sin duda conveniente su envite propedéutico de la materia estrella y de los temas afines, por sus referencias y resúmenes de las teorías de quienes mejor han escrito y reflexionado sobre dichos temas marco en los últimos años.  En eso debo agradecer a Lo Cascio (aún a costa de la unidad expositiva de su estudio) la generosidad  con que ha expuesto esquemas y consideraciones de la Nueva Retórica de Perelman  y Olbretch Tyteca, con el decálogo de la buena argumentación, la relación categorial positiva de Stephen Toulmin, y el envío sutil hacia la pragmática del Critical Thinking de Weston y Cía, así como los débitos reconocidos de las reflexiones semiológicas y semióticas de U. Eco (entre paisanos cuesta menos..., ¡o más! según se mire)
Por último la bibliografía suministrada al final del volumen no es desdeñable, como tampoco lo es aquello que el autor denomina índice analítico.
En resumen, se trata de un libro muy útil para quien comienza la andadura por estos caminos tan apasionantes, y de mi experiencia personal extraigo la conclusión que, si se obvian y se trabajan  un poco los defectos asistemáticos y ambiguos de su contenido con deseos de completar lo que falta, la Gramática de la Argumentación de Vincenzo Lo Cascio puede tomarse como lo que denomino libro-fundación: un texto iniciático, sobre el que puede apoyarse un estudio serio; y también un texto incoativo, a partir del cual es posible desarrollar un conocimiento sólido en la materia.

domingo, 22 de mayo de 2011

GRAMÁTICA ARGUMENTATIVA.- Lo Cascio

Considera la gramática argumentativa provista de
Ø  Un componente sintáctico – textual è formación lingüística
Ø  Componente pragmático è condiciones comunicativas y los procedimientos valorativos.

Las categorías fundamentales

Argumentación (ARG) se compone de tres elementos obligatorios  O+RG+A.
Asigna Los Cascio a la categoría O una posición jerárquica superior en relación a RG y A.
El orden: O+RG+A no es la única sucesión è pueden presentarse invertidos o conmutados.
RG : siempre el conectivo semántico – lógico entre O y A. Presencia en el ámbito lógico y semántico es indispensable, facultativo en el lingüístico.
La argumentación múltiple debería considerarse como la suma de dos argumentaciones simples diferentes, y a veces independientes entre sí, pero que conducen a la misma conclusión u opinión.
La RG está ligada a su A y que conjuntamente se presenta la JS y el núcleo de la argumentación y determinan la opinión propuesta.
REGLA DE LA FORMACIÓN MÍNIMA: una argumentación (ARG) está compuesta de una opinión (O) y de al menos una justificación (JS) de tal opinión (ARG = O + JS).Toda JS está compuesta de un A y de una RG que permite que A sea adecuado para la O con la que, dentro del nodo ARG, JS está relacionada.
En el nivel de la valoración, el argumento A1 es válido para la opinión O sólo si aceptamos como válida la RG1, mientras que A2 es válido para O si aceptamos otra regla general, la RG2.
En la argumentación arracimada cada argumento en favor de una opinión puede a su vez presentarse como una opinión a justificar, como una argumentación subordinada, la verdad de la cual se ha de justificar.
Todo argumento A puede considerarse y en consecuencia rescribirse como el resultado de una argumentación subordinada donde éste sea el enunciado que expresa la opinión.
Al tomar la forma de “racimo”, se asemejan a un texto narrativo en el que cada evento de una historia puede ser el punto de partida para una divagación y el punto de perspectiva temporal desde el cual se pueda formar una subhistoria.

El calificador

Puede tener un carácter deóntico: expresar la necesidad, la obligación de algo.
Carácter epistémico: expresar la probabilidad e indicar si los enunciados son verdaderos o falsos, y en qué momento temporal y en qué mundo o lugar se encuentran uno u otro.
Ambas modalidades pueden caracterizar cualquiera de los componentes obligatorios de la ARG. Pero en general, caracterizan la opinión, mientras que en el plano lógico – semántico son la expresión del grado de seguridad y/o necesidad de la regla general de la validez o pertinencia de los argumentos usados.
Desde el punto de vista lingüístico el calificador puede aparecer como caracterización de los tres enunciados è el enunciado de cada una de las tres categorías obligatorias O, RG Y A puede estar acompañadas por C, formando categorías a las que llama Lo Cascio respectivamente O’,RG’ y A’. IF (indicador de fuerza) y E (enunciado).
El calificador no puede caracteriza un dato
La lexicalización del indicador de fuerza es facultativa, pero desde el punto de vista semántico hay que considerarlo siempre presente. Se puede introducir junto al operador modal C el indicador de fuerza IF.

La fuente

F es una categoría facultativa.
Su posición es similar a la del calificador y es adjuntable a las categorías obligatorias.
La distribución de F es variable, incluso si se presenta como un enunciado incidental completo.[1]

La reserva

R se presenta como coordinada a la argumentación principal (ARG) e implica una relación con ésta, visto que comparte los datos, pero no las reglas generales. R tiene la función de indicar que, a partir del mismo dato utilizado para llegar a la opinión sostenida, puede llegarse, en la misma situación, a conclusiones diferentes aplicando reglas generales distintas.
La opinión presentada como reserva no es considerada completamente secundaria. Puede aparecer como la más plausible. A veces, incluso, se puede llegar a convencer a un auditorio específico precisamente porque se la presenta como reserva y como conclusión no necesaria.
El orden de presentación è mostrar el grado de adhesión del sujeto argumentante a la opinión central o a la expresada en la reserva.
La posición de la R en relación con las otras categorías es relativamente libre. Puede ser periférica ARG + R ó R + ARG, o en el interior del nodo ARG, usada como frase incidental  [ARG A + [O IF [R] E]].
Las categorías enumeradas puede expresarse mediante un conjunto de frases o por todo un texto. Un discurso argumentativo puede estar compuesto por fragmentos de textos en los que cada uno representa una categoría argumentativa (ver pg 151).

El refuerzo

Lo Cascio llama refuerzo RE de los argumentos a las secuencias indicadas con reforzadores: si se tiente en cuenta que, no obstante, teniendo presente en cuenta también que, atendamos..., sin contar que..., aunque etc. introducen un enunciado que actúa como refuerzo del argumento “decisivo” aportado en favor de una tesis.
La R (reserva) no sirve para reforzar la opinión sostenida, sino para proponer una opinión alternativa. Por el contrario, el refuerzo RE muestra que el argumento elegido es lo suficientemente potente como para justificar de forma absoluta la opinión defendida a la tesis avanzada. El refuerzo subraya que existe un fenómeno muy importante que induciría a extraer una conclusión diferente de la adoptada, pero que tal fenómeno se revela como débil frente l otro argumento que nos ha llevado a la opinión defendida actualmente y que parece más decisiva.
Existe una relación entre refuerzo y reserva. La posición de RE es libre. Puede preceder a ARG, seguirlo o estar en su interior.
Lo Cascio mantiene que el refuerzo RE es una unidad textual que puede contener una argumentación ARG completa.
Hace notar que no obstante  (RE) introduce un texto argumentativo del tipo  + A y no A + O. Explica la razón porque no es posible que el enunciado introducido mediante no obstante  esté caracterizado por el indicador de fuerza puesto que ó dado que  o de otros indicadores que sirven para introducir un argumento.

Contraopinión o alternativa

Los textos en que un argumento está acompañado por un refuerzo, puede escogerse marcar la opinión en lugar del refuerzo, de modo que la primera parezca más importante de lo que lo habría parecido en otro caso. Indicadores de fuerza como con todo o a pesar de  participan en la creación de este tipo de modelo argumentativo. Los textos argumentativos a una opinión o argumento inicial se les puede contraponer una opinión o argumento alternativos que induzcan a rechazar o debilitar las posiciones asumidas inicialmente.
Una contraopinión (CO) o alternativa (AL), tiene una función inversa a la reserva ®
Lo Cascio resume la distinción hecha de las categorías obligatorias y facultativas. De estas últimas algunas como F y C son “Especificatorias”, mientras que otras como R, RE y AL (o CO), son categorías “añadidas” è cuadro de pg 158.
Da la opinión de Naess: los factores psicológicos, sociales, etc, que hacen las veces de causa para la formación de una opinión y una toma de posición no pueden considerarse argumentos.  Pueden tenerse buenas razones para una determinada toma de posición para un comportamiento nuestro, pero no buenas causas para algo.
La distinción entre datos y argumentos estaría, pues, relacionada con la posición distributiva según la cual, dentro de la argumentación: è
Ø  Los datos se encontrarían en primer lugar (dato – opinión)
Ø  Los argumentos se dispondrían después de la opinión (opinión – argumento) a la que dan justificación.
Los datos serían los hechos de los que se parte para llegar necesariamente, gracias a ciertas reglas generales aceptadas, a una conclusión.
Los argumentos en cambio formarían parte del bagaje justificativo y serían elementos aportados en defensa de una opinión ya expresada, cuyo nacimiento puede estar determinado por auténticas intuiciones y con la cual los argumentos aportados adquieren derecho “racional” de existencia. Los argumentos marcados por porque o de hecho, pueden actuar como argumentos también enunciados que precedan a la opinión, pero que estén marcados por puesto que y tengan función de apoyar una tesis.

Tipos de relación

1.    Argumentativa
a.    Argumento – opinión: está enferma, pienso que no vendrá.
b.    Opinión – argumento: pienso que no vendrá dado que está enferma.
2.    Demostrativa = Dato conclusión: Pablo habla bien varios idiomas, luego es lingüista.
3.    Causal = causa efecto: he comprado unos zapatos demasiado pequeños y por eso me duelen los pies
4.    Demostrativo argumentativa = dato – conclusión / opinión – argumento: Puesto que está enferma, pienso que no vendrá, ya que si lo hiciera podría coger una bronquitis.
5.    Argumentativo demostrativa = argumento – opinión conclusión: Está enferma, creo que no vendrá por lo cual pienso que deberíamos ir solos a la reunión”.
El discurso demostrativo se puede hablar como de conclusión CO, más bien que de opinión O, si la relación no se justifica sino con reglas generales que dominan la naturaleza y que son inherentes a la lógica de un razonamiento y en consecuencia, universales. Cuando las reglas generales universales se aplican a causas no es oportuno hablar de argumentos sino de datos. En los caos de relación argumentativo – demostrativa, la parte argumentativa, una vez aceptada, es asumida como dato, para poder extraer, una conclusión casi indiscutible.
Puede iniciarse un razonamiento formulando una opinión.
La conclusión C puede encontrarse también en combinación con una O, y por lo tanto constituir una estructura compleja de tipo argumentativo – demostrativo. La conclusión CO, en el razonamiento y en la gramática argumentativa, se encuentra, en algunos casos, en un nivel jerárquico superior a la opinión. A veces no es un componente complementarios de una opinión, sino el resultado ulterior, la expansión de una argumentación ya acabada. La ARG acabada hace las veces, del propio argumento o dato indiscutible.
Para la relación de A + O, o de O+ A existe la siguiente
REGLA DE ALTERNANCIA LÉXICA: De los dos componentes obligatorios, O o A, sólo uno puede estar marcado por un indicador de fuerza.
RESTRICCIÓN: Mientras la susodicha regla debe aplicarse al binomio A – O no es obligatoria para CO, cuando CO se añade a tal binomio.
El nodo o categoría O se puede encontrar en diversos niveles, en un razonamiento es posible subir por el susodicho árbol y llegar a un nivel superior en el cual se pueda anunciar una opinión aún más general.
Movimientos o procedimientos: de arriba abajo, y otro de abajo arriba.
Una opinión O o conclusión CO directamente controlada por el nodo ARG’ es superior, en cuanto a generalidad, aceptabilidad y persuasividad, a una opinión o conclusión directamente controlada por el nodo ARG.

Bien por presentación power point o con cuadros sinópticos realizados a lápiz sobre algún folio.
Es variable.
Es la situación comunicativa la que impone la elección del orden a privilegiar y de ahí el modelo a aplicar al propio texto. Ello depende del discurso realizado precedentemente, de la importancia que se quiera dar a cada componente, de su puesta a prueba y de los códigos retóricos.
La cantidad de combinaciones admitidas está ligada al rigor lógico y a la disponibilidad en cada lengua, de estructuras capaces de indicar las funciones de los componentes argumentativos en las diferentes posiciones. La diferencia será estilística y de registro. Algunas combinaciones podrán usarse más en el lenguaje hablado que en el escrito.
La organización de la ARG varía y su fuerza radica en su composición. Razón de más cuando se usa en textos especiales, como en los casos en que se emplea un lenguaje sectorial o “tecnolecto”. En estos tipos, su organización superficial es fundamental y obedece a reglas de uso bien definidas, en algunos casos el orden está codificado, lo cual puede depender de motivos pragmáticos. O puede ser necesario respetar la coherencia textual, hilvanar el discurso a partir de una información o tema anunciados anteriormente en el texto.  El elemento dado debe tomar, en castellano, la posición inicial. Esto justifica el porqué, a veces un texto argumentativo empiece con la cita de una opinión seguida a su vez por un argumento y e otra ocasión empiece con la cita de algunos hechos seguidos de la formulación de una tesis, de una conclusión, de una deducción. Puede ser oportuno para obtener con más facilitad el éxito, puesto que el orden puede influir al interlocutor de formas diferentes.
El juego combinatorio puede continuar hasta descubrir las combinaciones posibles, semejante profundización pondría aún más en evidencia que no es fácil la manipulación lingüística, podría sin embargo, llegar a descubrir otras categorías argumentativas.
La tipología se basa en la presencia o ausencia física de los interlocutores, en el tipo de lugar argumentativo, en la función discursiva, en términos de registro, y en el tipo de canal comunicativo usado. Si se intenta hacer el inventario de los esquemas o de los modelos argumentativos posibles.

Argumentación formal

Ø  Presentar una ley e intentar obtener a partir de las leyes formuladas de buen principio las conclusiones “necesarias è [RG+D/A]èCO/O. è = permitir concluir que.
Ø  Formular una ley o regla general ya asumida como válida y adquirida. Enunciar una conclusión válida si se parte de un dato específico en el que se aplica la ley mencionada. RGèCOçD’ = donde ç = justificada por/en cuanto/ porque. [(RG+D’èCO’]èCO”çD”.
Ø  Partir de ciertos datos – evocando algunas reglas generales conocidas y existentes – y llegar, mediante estas reglas, a conclusiones necesarias. [D+RG]èCO/O.
Ø  Afirmar que una ley RGx demostradas eligiendo de los datos Dn- evocando otra ley general RGY- que obliga a llegar a la conclusión CO, que es equipolente a la afirmación de partida X que acaba siendo, dada su aplicabilidad a todos los casos a los que Dn pertenece, una regla general RG. è è Afirmación Xè[D-RG”]èCO=O=X(RG’).

Argumentación demostrativa

Para demostrar la validez de un teorema. Contiene
1.    La formulación del teorema
2.    la demostración, compuesta de
a.    Datos
b.    Regla General
c.    Deducción / Conclusión
3.    La conclusión que la demostración induce a sacar y que es igual a la è
4.    Confirmación del teorema (= como se quería demostrar.) [reducción al absurdo] è Supongamos que para... se tenga... Es entonces posible... tal que para cada X se tenga... por lo cual... se obtiene...  Pero...  debería servir también para... que puede darse por lo que vamos a decir/ la siguiente razón... Desde el momento en que... se concluye que... .

Argumentación no formal

La mayor parte de las veces, un texto argumentativo de este tipo empieza con la formulación de una opinión
Ø  Afirmar algo y justificar, si es necesario, con argumentos válidos a partir de ciertas reglas aceptadas o aceptables, pero no obligatoriamente mencionadas de forma explícita: O + [JS A + (RG)].
Ø  Afirmar algo y justificarlo a partir de la existencia de una RG aplicable a un D o A : D? è O ç [JS(RG) + A]. En el discurso cotidiano la RG no lexicaliza: de otra manera el discurso se haría largo, pesado y poco comunicativo. Además evocar la RG sería peligroso desde el punto de vista de la estrategia argumentativa, porque cualquier detalle o connotación podría minar la aceptabilidad del razonamiento para el interlocutor.
Ø  Presentar na ley, proponer como posible un problema y ver cómo, a partir de esta ley y del problema, es posible postular algunas cuestiones: [ARG[JS RG – D] +O/CO? è O’/CO’...è On/COn].
Ø  Enunciar un problema — formular una opinión de otro sujeto argumentante y los argumentos aportados por él —, refutar tales argumentos y en consecuencia la opinión relativa, proponer una opinión propia sobre el problema y aportar argumentos sobre la nueva opinión: Tema / Cuestión: [ARG(O’ + (A/A’n) DE x] = = = // [ARG[( CA’ /CA’n) de Y] + O” + A” / A”n de Y]

Argumentación oculta

El texto aporta un discurso del que, sin embargo, es posible deducir sólo indirectamente un argumento a favor o en contra de una opinión. Indicadores lingüísticos menos evidentes y textuales. Suficientes para inducir el hallazgo de una fuerza argumentativa en el texto o por las implicaciones semánticas. El marcador argumentativo puede ser el indicador de fuerza yo te lo explico.

Argumentación cooperativa

Lo Cascio la define como la argumentación a favor de una opinión expresada por otros, pero justificada por medio de argumentos diferentes de los usados por quien la ha expresado inicialmente: [O de PX (a partir de A + An)] = O de P1 ( pero a partir de A’ + A’n).

Argumentación con argumentos imprevistos

Se sostiene una opinión evidenciando que no se recurre a los “argumentos a favor” que cualquier oyente espera y acepta sino a argumentos en los que no se ha pensado, o incluso desconocidos, pero que acaban por ser a su vez muy importantes dado que se añaden a los ya obvios o previsibles. Estrategia eficaz, crea un mapa de convencimiento en los interlocutores, ya orientados positivamente respecto a la tesis y acaba por dar indirectamente importancia a los argumentos y a asegurarlos el éxito: + O no porque A1 y A2 (buenos, previsibles y sabidos por +O), sino porque A3 y An.

Argumentación en cadena

[ARG [(O+ A) CO] è [ O+ A1 + An) COn ]].

Argumentación libre

Cuando es libre el orden de los componentes argumentativos, y el modo en que se desarrolla depende de las reacciones del interlocutor. Se encuentra sobre todo en el diálogo y está subordinada a las reglas diferentes de todas las situaciones en las que P1 presenta sólo unilateralmente (directo) su argumentación. La disputa se desarrolla según la dirección que P1 y P2, por turnos, dan al recurso.

Modelos argumentativos y procedimientos de razonamiento

Cada hablante debe establecer qué esquemas es necesario seguir o privilegiar en ocasiones específicas.
La gramática propuestas sirve más bien para describir la organización de un texto argumentativo y su realización lingüística (elocutio). Se ha hecho hasta ahora una taxonomía de los modelos argumentativos posibles.
Este análisis no sirve para describir el procedimiento del razonamiento que ha conducido o puede conducir a desarrollar una argumentación determinada o un problema determinado ( la inventio). Sirve para describir el producto, no el proceso de creación.

Reglas y restricciones combinatorias

Sobre el orden de los elementos argumentativos.
Lo Cascio opina que quizá todos los órdenes son posibles si se consideran las categorías argumentativas sin el influjo de los indicadores de fuerza, mientras que si se usan estos indicadores las cosas cambian

Regla de la cadena argumentativa

Si se inicia un discurso argumentativo con un indicador de fuerza especial se establece automáticamente una condición en la sucesión de los demás componentes.

Regla distributiva

El orden entre los constituyentes dominados inmediatamente por ARG (= y JS) puede ser libre.

Regla distributiva de la Reserva ®

La reserva ® puede interrumpir la cadena de los componentes de la argumentación dominados inmediatamente por el nodo ARG (O y JS), sólo si se presenta como una argumentación incidental; de otra forma no puede interferir dentro del nodo ARG.

Regla distributiva para ARG’

El enunciado que expresa la CO no puede aparecer entre el E o enunciados que indican el A o argumentos y el E o Es que indican la O.
La conclusión puede considerarse una categoría superior y no puede insertarse entre los componentes controlados por el nodo ARG, que es del mismo nivel.
Las restricciones están determinadas por la posición jerárquica de los componentes que obedecen a la siguiente RG.

Regla de la subyacencia

La libertad distributiva se permite entre componente del mismo grado è dominados por el mismo nodo. Si se empieza con la JS, no se puede enunciar la O y luego aportar un nuevo A. Regla aún más general como regla de localidad y adyacencia.

Regla del control argumentativo

Un argumento o un subargumento está controlado por opiniones u opiniones / argumentos que lo dominan directamente y que no pueden ser soporte de opiniones o argumentos /opiniones pertenecientes a otros nodos argumentativos.
El modelo argumentativo desde el punto de vista secuencial debe desarrollarse de forma que, si empieza con un nodo argumentativo, debe haber presentado todos los eventuales elementos y componentes a los diversos niveles previstos dentro del nodo y lexicalizados, antes de pasar a otro nodo del mismo nivel.
La opinión debe preceder a toda la batería justificativa, es decir todas sus justificaciones y subjusticaciones ( JS1, JS2, JS3, JSn) o la batería justificativa en su totalidad debe preceder a la opinión. Por elegancia gramatical se puede proponer que la categoría ( y el nodo) JS comprenda todas las justificaciones aportadas a favor de la opinión y que cada justificación esté subordinada al nodo JS è simetría jerárquica entre O ( opinión) y JS (batería de justificaciones.)
El cambio de exposición en la estructura superficial podrá darse entre categorías hermanas y en consecuencia entre O y JS dominadas por el nodo ARG así è

Regla distributiva del refuerzo (RE)

La posición de la categoría RE es libre. Puede preceder o seguir a ARG o ser dominada por éste.

Regla distributiva de la alternativa

Una categoría adjunta a ARG’ que sólo puede ser dominada por el nodo ARG” y estar solamente al final de la argumentación
La presencia del RE o de la R o de la AL en una estructura argumentativa permite dejar implícitos algunos componentes.




[1] La fuente è calificador, lo justifica quizá el hecho de que citar una fuente es como calificar un enunciado. La fuente impone a la argumentación un grado más o menos fuerte de constricción y necesidad.