domingo, 1 de mayo de 2011

LAS CULTURAS MUSICALES.-TRABAJO SOBRE EL LIBRO COMPILATORIO DE FRANCISCO CRUCES

Los libros compilatorios acarrean a mi juicio dos problemas, a saber: el primero es la falta de unidad de estilo de una sucesión de trabajos, cada uno con su correspondiente enfoque, modo de razonar y temática expositiva diferente, unido al hecho de arrostrar el rol de ser miscelánea, fragmento o trabajo de encargo. La múltiple procedencia de sus líneas de pensamiento puede desconcertar o aburrir hasta la desconexión por lo repetitivo de sus referencias y lo dispersante de sus contenidos. El segundo problema proviene del tiempo y del lugar en que fueron compuestas las piezas que se exponen. No es ajeno al trabajo de compilación el ejercer por parte del compilador soberana voluntad de seleccionar, lo que conlleva operar por medio de la aceptación y el rechazo (mejor descarte). Esta selección implica el reconocimiento tácito de una teleología por parte del que selecciona, que es donde reside el núcleo del problema. Porque, ¿qué sesgo han de tener los estudios? ¿Los mejores o los más apropiados?¿Supone ejercicio de una idea propedéutica? ¿Será un panorama?¿Responden a una ideología? En definitiva, ¿se puede rastrear el pensamiento del editor y su visión del asunto a tratar a través de la selección sistemática que hace de los trabajos? O ¿Es sistemática dicha selección?
Todas estas cuestiones activan su pertinencia con la lectura del libro que nos ocupa. Creo que Francisco Cruces equivoca al lector –apuesto que en ningún momento deliberadamente –  cuando declara en el prólogo que la pretensión del libro es ofrecer una visión panorámica de la etnomusicología a través de una compilación y traducción de artículos, con el propósito teleológico de “aliviar” un “considerable vacío” en castellano sobre el tema. A simple vista parece que nos encontramos con un centón o un florilegio, un libro de socorro, como aquellos que solían hacerse en la antigüedad para reunir en un solo volumen fragmentos de obras dispersas y de difícil adquisición o consulta. Sin embargo, yo creo que es mucho más que eso; quiero decir que básicamente el libro aspira a ser un manual hecho de manuales. Porque no se trata de una simple sucesión de artículos o fragmentos de libros y ensayos ordenados bien cronológicamente, bien por temática(lo que no alejaría su formato del de una revista especializada monográfica), nada de eso: es una sistemática reunión sucesiva de trabajos ordenados y elegidos escrupulosamente y celosamente traducidos y anotados con un claro propósito didáctico, siguiendo un programa sistemático de introducción y enseñanza de la disciplina que se pretende mostrar. Ya ojeando el índice puede percatarse el lector que se halla ante un libro nada panorámico, entre otras cosas por el origen y la procedencia académica de los profesionales cuyos trabajos se exhiben, antes bien, se enfrenta a un libro que le va a ir descubriendo la etnomusicología desde la nada que supone el hallarse ante la definición de la disciplina y puesta en circulación de los instrumentos necesarios para trabajarla , hasta la asimilación del concepto de “músicas” como “culturas”, que responde al título y objetivo del libro. Es preciso reconocer que el prólogo nada descubre, ya que por el Sr. Cruces se propone más una justificación que una presentación, y realiza a mi juicio un desvelamiento del asunto demasiado “estirado”, académico, muy característico de todo saber pionero que se presenta en sociedad, y que  se esfuerza en poner de manifiesto con cierta timidez las claves de la disciplina de que van a tratar los trabajos escogidos, magramente expuestas sus líneas maestras o hilos conductores, lo cual puede provocar escasa empatía hacia la materia. Disgusto que tiende a agravarse además por la advertencia de ser la mayor parte de dichos estudios de procedencia académica y profesional anglosajona, con la consiguiente inquietud por el previsible enfoque positivista, utilitarista o pragmatista de las ideas expuestas, dejando al lector el trabajo de suponer la inexistencia de trabajos de semejante nivel en otras lenguas. Lo que nos permite a los españoles el pobre alivio de no sabernos aún al final de la fila, como consecuencia de compartir el vacío etnomusical con otras grandes culturas de tradición y raigambre como la francesa, la italiana o la alemana, por el tan patético mal de muchos...
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Trabajo de curso del Libro de Francisco Cruces: "Las culturas musicales"

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