CAPITULO I DE LA SEGUNDA PARTE “EL OBJETO DE LA ÉTICA” DEL LIBRO “ÉTICA” DE J.L. ARANGUREN[1].
Ética
Parte de la filosofía que trata de los actos morales, entendiendo éstos como los medidos y regulados por la regula morum.
· Objeto material: actos humani (no homini), libres, deliberados.
· Objeto formal: estos mismos actos bajo la razón formal de su ordenabilidad por la regla moral è plano del contenido. Actos ejecutados por el hombre y regulados y ordenados por él.
Objeto material
Desde el punto de vista del fin: moral como estructura antes de entrar en su contenido.
La moral surge de la psicología o antropología, materialmente, acota su ámbito dentro de ella.
Objeto material: aquella realidad psicológica considerada desde el punto de vista ético.
Luego se pregunta si el objeto material lo constituyen los actos. Partiendo de la etimología griega, llega al término mos en el sentido de éthos o hábitos, y no êthos o carácter. La habitudo o lo habitual significa en primer término = hexis: haber o posesión. Haber adquirido y apropiado; pero, además: en un habérselos consigo mismo o con otra cosa; es decir, una relación “una disposición a” que puede ser buena o mala.
Lo habitual moral dispone en orden al acto:
· Los hábitos: habitudes[2] en orden a la naturaleza, y a través de ella, a su fin, la operación.
· Hábitos: disposiciones no fácilmente admisibles para ejecutar con prontitud los actos correspondientes. Se ordenan a los actos y recíprocamente se generan por repeticiones de actos.
· Importancia psicológica (moral) total: determinan nuestra vida, contraen nuestra libertad, nos inclinan inexorablemente
Puede llegar un momento de la vida en que la responsabilidad moral del hombre en el pasado è los hábitos, no en el presente è actos.
Objeto material è el carácter, modo adquirido del ser è adquirido por el hábito, este es objeto material de la ética.
¿Qué actos importan a la ética?
Escolástica actus hominis; del hombre en cuanto a tal hombre.
· Actus primo primi: causas naturales ( ajenas a la ética)
· Secundo primi: imputables parcialmente al hombre movido inmediatamente por representaciones sensibles.
· Secundo secundi: únicos plenamente humanos.
El racionalismo (Descartes): consideraba que solo los actos racionales (discursivamente deliberados) serían propiamente humanos. Al pensar que alma y razón son sinónimos.
Aristóteles: pensaba que los malos movimientos constituyen una cierta imperfección y falta de sofrosine o armonía.
Cristianismo: tenía que contar con el pecado, aunque prevenía los movimientos malos (tentaciones) por medio de hábitos vigilantes siempre asistidos de la gracia.
Contra la atomización de la psicología clásica, que ha dispersado y particularizado la vida espiritual, lo ya visto por los estudios actuales de psicología de la moralidad, el psicoanálisis, nos muestran que el hombre es diestro manejando su subconscientes, que los movimientos desordenados no son aislados, los actos no nacen por generación espontánea ni existen por sí mismos, sino que pertenecen a su autor, cuya personalidad han determinado unos hábitos, historia que determinan estos ACTOS.
“La serie cronológica conforme la psicología clásica es abstracta y convencional (asociacionista)”.
Este análisis del acto de voluntad será válido cuando la voluntad procede reflexivamente. Y esto, según la introspección no es siempre así.
¿Cuál es la esencia de ese acto unitario de voluntad? è ¿Qué es querer?
· No es el voluble vella: veleidad, deseo.
· Tampoco la intención: sólo una vertiente del acto.
· Tampoco la elección: siempre se resuelve por la ¿¿versión?? emotiva.
Palabra española que quiere significar a la vez: apetecer y amar o deleitarse con lo querido: velle y frui a la vez.
Se huye antes de disfrutar desde que se empieza a querer (anticipada o proyectivamente) y una fruición de lo conseguido o poseído es el disfrute.
La fruición en orden a ejecución está al principio motor del proceso entero.
Querer la fruición y todos los demás momentos, cuando de verdad acontezcan y puedan discernirse, en función de la fruición.
Esencia del acto de voluntad es la fruición: esto es una de las dimensiones del acto, lo que tiene de transeúnteè al realizar un acto nos apropiamos de una posibilidad de ser.
A través de los actos que pasan va decantándose en nosotros algo que permanece y que por apropiación es la profunda realidad moral del hombre.
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