En[1] la relación erótica del mago con la naturaleza, se basa la posibilidad de conocerla y operar sobre ella. Magia “simpática” que ve en el amor la fuente del conocimiento y del poder humanos. Comparando semejante concepción de la naturaleza con la de Galileo, la naturaleza se presente a éste como un sistema sencillo y ordenado, cada acción es totalmente regular e inexorablemente necesaria.
La razón científica no puede contentarse con aproximaciones poéticas o intuiciones, sino con experiencias sensibles y demostraciones necesarias.
Frente al hombre-mago con una íntima y armónica relación con la naturaleza, el hombre de ciencia (Galileo) es un humilde investigador que busca penetrar alguno de los secretos de la naturaleza, que a veces no permite ir más allá de la simple conjetura.
El científico se sitúa ante la naturaleza lejos de la “simpatía” del mago, con fría objetividad, sabedor de sus limitaciones y de que la naturaleza no está hecha a medida del hombre y de su inteligencia.
Galileo rechazará la concepción antropomorfa y antropocéntrica de la naturaleza.
Separa más radicalmente el pensamiento, pues este radica en el método. La magia: anarquía metodologíca. Galileo frente a esto va a sostener un método único y preciso para la construcción del saber científico que debe apoyarse en rigurosas demostraciones. La existencia de diversas clases de magia (incluida la diabólica) permiten el uso de diferentes métodos de interpretación de la realidad; para Galileo, así no es posible construir la ciencia ningún fruto duradero se puede librar de ella. Para él el método científico es único y parte de la experiencia sensible y concluye en las demostraciones necesarias. No hay más saber, dentro del plano humano, aunque aquél que permita demostrar la verdad o falsedad de sus proposiciones: estas sólo pueden darse para Galileo en el ámbito de la experiencia y cuando existan demostraciones matemáticas lo que llevo a distinguir las ciencias naturales, y o que él llamo genéricamente estudios humanos, que pueden ser útiles a determinado nivel, pero que no pueden constituirse en ciencia al no ser posible hablar en ellos de verdad o falsedad y no usar demostraciones matemáticas.
Diferencias fundamentales entre la nueva ciencia y la forma tradiciones de entender el saber filosófico: utilización de distintos lenguajes, de distintos métodos y de pretensiones o metas diferentes.
a) La diferencia que existe entre el lenguaje propiamente filosófico y el científico.
b) Los distintos conceptos de método y de demostración. Frente al recurso a los argumentos de autoridad o a las especulaciones sin base en la experiencia y a las demostraciones faltas de rigor, Galileo elaboró una teoría acerca del método y la demostración científica.
c) Frente a las pretensiones de una filosofía que confiaba en conocerlo todo y explicarlo todo, sin detenerse excesivamente en justificar adecuadamente sus rotundas afirmaciones, Galileo defenderá una concepción de la ciencia más humilde, que avanza paso a paso y con grandes dificultades. Había que abandonar la filosofía especulativa por la ciencia experimental.
La ciencia no puede basarse en fantasías sino en hechos verificables. Galileo aspira a una reforma del entendimiento como tarea principal. En la medida en que, según Ortega y Gasset, el hombre moderno vive de la ciencia, esto es, hace que la ciencia sirva de base al sistema de sus convicciones, Galileo se convierte en iniciador de la Edad Moderna y por eso mismo su figura nos interesa tanto (“En torno a Galileo”).
El[2] período entre la publicación de Revolutionibus de Nicolás Copérnico, 1543, hasta la obra de Isaac Newton Philosophiae Naturales Principia Matemática publicados en 1687, se acostumbra a denominar “período de la revolución científica”. Sus representantes más prestigiosos son Copérnico, Tycho Brahe, Kepler y Galileo, y confluirá en la física clásica de Newton. Durante estos 150 años no sólo cambia la imagen del mundo, sino que cambia las ideas sobre el hombre, sobre la ciencia, sobre el hombre de ciencia, relaciones entre ciencia y sociedad, entre ciencia y filosofía y entre saber científico y fe religiosa.
1) Copérnico desplaza la Tierra del centro del universo, con lo que también quita de allí al hombre. La Tierra ya no es el centro del universo, sino un cuerpo celestial como los demás. Cuando Bruno convierta en infinito al universo, el pensamiento tradicional se verá obligado a hallar una nueva morada para Dios.
2) Cambia la imagen del mundo y cambia la imagen del hombre: también cambia paulatinamente la imagen de la ciencia: constituye una revolución en la noción de saber, de ciencia
3) .La revolución científica tiene su rasgo más característico en el fenómeno constituido por el método: éste exige, por una parte, imaginación y creación de hipótesis, y por otra, un control público de dicha imaginación. Una noción de ciencia regulada metodológicamente y públicamente controlable, exige nuevas instituciones científicas: academias, laboratorios, contactos internacionales. Sobre la base del método experimental es donde se fundamenta la autonomía de la ciencia: ésta halla sus verdades con independencia de la filosofía y de la fe è colisión. Enfrentamiento entre dos mundos, dos modos de contemplar la realidad, dos maneras de concebir la ciencia y la verdad è el saber de Aristóteles es una seudo filosofía y las Escrituras no tienen como función informarnos sobre el mundo, sino brindar un sentido a la vida humana.
4) La revolución científica provoca un rechazo de las categorías, los principios y las pretensiones esencialistas de la filosofía de Aristóteles (pretendía un saber de esencias, elaborado con teorías con conceptos definitivos). La ciencia ya no versará sobre las esencias o substancias de las cosas y de los fenómenos, sino sobre las cualidades de las cosas y de los acontecimientos que resulten objetiva y públicamente controlables y cualificables.
5) No carece en absoluto de supuestos filosóficos. Los científicos renacentistas estuvieron también ligados con el pasado (Arquímedes y Galeno). Los vestigios de la mística hermética o neoplatónica referente al sol, el gran tema neoplatónico del Dios que hace geometría y el crear el mundo imprimiéndole un orden matemático y geométrico è Copérnico, Kepler y Galileo.
6) El neoplatonismo constituye la filosofía de la revolución científica. El supuesto metafísico que sirve de eje a la revolución científica è astronómica. Notable presencia de la tradición mágica y hermética en el interior del proceso que conduce a la ciencia moderna: magia, alquimia y astrología constituyen ingredientes activos en aquel proceso que es la revolución científica. También la tradición hermética (Hermes Trismegisto): poseía como principios fundamentales el paralelismo entre macrocosmos y microcosmos, la simpatía cósmica y la noción de universo como ser viviente. Copérnico se remite a la autoridad de Hermes trismegisto para legitimar su heliocentrismo, Bacon reprocha a Paracelso no tanto el haber desertado de la experiencia, como el haberla traicionado, el haber corrompido las fuentes de la ciencia y el haber despojado a las mentes de los hombres. Y el mundo, por Galileo, se volvió más grande è más cantidad de cuerpos celestes. Este hecho conmocionaba los fundamentos mismos de la astrología. La ciencia moderna, autónoma con respecto a la fe, con controles públicos, regulada mediante un método, perfectible y progresiva, con un lenguaje específico y claro, y con sus instituciones típicas, es de veras la consecuencia de un proceso largo e intrincado, etc. Que se entrelazan la mística neoplatónica, la tradición hermética, la magia, la alquimia y la astrología.
El técnico es aquel que sabe “qué”, y a menudo, también sabe “cómo”. El científico, sin embargo, es el que sabe “por qué”.
La ciencia es obra de los científicos. La ciencia Experimental adquiere validez a través de los experimentos. Se trata de un saber nuevo que, uniendo teoría y práctica, sirve por una parte para poner en contacto la teorías con la realidad, volviéndolas públicas, controlables, progresivas y participativas. Por otro lado, introduce en el saber y en el conocimiento hallazgos de las artes mecánicas y artesanales, confiriendo a éstas un nuevo status epistemológico e incluso social.
Interesa comprender que los instrumentos científicos, en el transcurso de la revolución científica, se convierten en parte integrante del saber científico: no existe el saber científico por una parte y, junto a él, los instrumentos. El instrumento está dentro de la teoría: se convierte él mismo en teoría. è La utilización de instrumentos ópticos (prisma o láminas delgadas) se ve acompañada por reflexiones que consideran que el instrumento no es tanto una potenciación del sentido como un medio que sirve para liberarse de los engaños oculares: el instrumento aparece como medio que garantiza una mayor objetivada en contra de los sentidos y sus testimonios. Es un tema perturbador del objeto investigado, y por consiguiente, el tema del posible control del instrumento perturbador: en el transcurso de la revolución científica se puede ver cómo entran los instrumentos dentro de la ciencia: la revolución científica legitima a los instrumentos científicos. Por una parte, se concibe a algunos instrumentos en tanto que potenciación de nuestros sentidos. Por otro lado, surgen dos nuevos temas: el instrumento contrapuesto a los sentidos y el instrumento como perturbador del objeto que se investiga. Estos dos últimos temas se volverán a plantear con frecuencia en la posterior evolución de la física.
En la época en que él estudió y escribió sus obras principales (1530-1540), existía una diversidad en la enseñanza de la astronomía polarizada por un lado en los naturales (inspirados en Aristóteles y en su teoría de las esferas homocéntricas) y los mathematici (fieles al Almagesto de Ptolomeo). En el sistema de las esferas homocéntricas, la octava esfera portadora de estrellas fijas, gira cada día de Este a Oeste, alrededor de su propio eje, de manera uniforme, y este movimiento explicaría los movimientos aparentes de las estrella. Los movimientos aparentes del sol y de los demás planetas , más complejos e irregulares, è explicados por cada uno de estos cuerpos celestes llevado por un sistema de esferas concéntricas con la esfera de las estrellas fijas, pero cada una de ellas con eje de inclinación adecuada, en sentido rotatorio específico y la oportuna velocidad uniforme (Barone). En cambio, el sistema ptolemaico de los excéntricos y los epiciclos, los movimientos planetarios è el cuerpo celeste gira sobre la circunferencia de un círculo (epiciclo), cuyo centro giraba a su vez a lo largo de la circunferencia de otro círculo (excéntrico), el centro del cual no coincidía con el centro de la Tierra.
Ambos sistemas coincidían en:
a) la tierra está en el centro del universo y éste se halla limitado por la esfera de las estrellas fijas
b) El movimiento natural de los cuerpos celestes es el circular uniforme, a diferencia del movimiento de los cuerpos en el mundo sublunar, que no es el circular uniforme, sino el rectilíneo acelerado de caída hacia el centro de la Tierra.
Ambos sistemas poseían fuerza explicativa, pero cada uno de ellos mostraba puntos débiles.
El sistema de las esferas homocéntricas no lograba dar razón del hecho de que los planetas aparezcan alternativamente más lejanos o más cercanos a la Tierra.
El sistema de los excéntricos y epiciclos pagaba su fidelidad a las observaciones con la continua introducción de hipótesis ad hoc para “salvar los fenómenos”.
Los contemporáneos de Copérnico aceptaban el sistema aristotélico en cuanto descripción verdadera del sistema del mundo, y el sistema Ptolemaico, en cuanto instrumento de cálculo para explicar y prever los movimientos celestes. Se admitían núcleos comunes (inmovilidad y centralidad de la Tierra , la perfección del movimiento circular, la finitud del universo, etc.).
Hacia 1532, copérnico acaba Revoluciones de los cuerpos celestes (Revolutionibus orbium celestium). Lauschen, su discípulo más conocido como Rethicus, se gana la confianza de Copérnico y en muy poco tiempo entusiasmado con las teorías de su maestro, prepara un resumen de ellas que se imprime en Gdansk /1540) con el nombre e Narratio prima, y convence a Copérnico para que publique su obra. El teólogo Osiander, sin autorización del autor, al realizar la edición de Revolutionibus colocó antes del texto un prólogo anónimo, titulado Al lector, sobre las hipótesis de esta obra que defiende, contra la intención del autor, una interpretación no realista, sino instrumental, de la teoría de Copérnico.
Copérnico murió el 24 de mayo de 1543 y se le enteró en la catedral de Frombork.
Sobre el realismo y el neoplatonismo de copérnico, se puede decir:
a) Lo primero que perturba a copérnico es la novedad de su propia teoría heliocéntrica, tan nueva que a la mayoría le parecerá absurda.
b) Debido a la situación desastrosa por la que pasaba la astronomía de su época, Copérnico buscaba un sistema que respondiese con seguridad a los fenómenos.
c) La metafísica de cuño platónico y neoplatónico que se halla tras la empresa científica de Copérnico.
Contra los aristotélicos y los ptolemaicos, Copérnico manifiesta la existencia de una pluralidad de teorías que no puede ser positiva. Estas teorías no lograron descubrir o deducir la forma del Universo y la inmutable simetría de sus partes. Así, a lo largo de la demostración que llaman método, se descubre que han omitido algo indispensable o bien que han introducido elementos extraños o irrelevantes. No habría ocurrido de haberse ajustado a principios seguros.
La metafísica neoplatónica sostiene la existencia de un mundo simple, pero el sistema (ptolemaico) se convierte en ago cada vez más complejo. El neoplatonismo impulsa a Copérnico a rechazar el sistema ptolemaico. Retocada en ciertos detalles, rectificada en un punto o modificada ene. Otro, de la teoría del Almagesto habían surgido una docena de sistemas llamados todos ellos Ptolemaicos. La situación insoportable. Novara expreso la idea de que un sistema tan farragoso como el ptolemaico no podía poseer una naturaleza verdadera. Copérnico, considero que la astronomía de su época se hallaba en un estado monstruoso. La crisis del sistema ptolemaico había sido agudizada por muchos factores: las criticas de los medievales a la cosmología aristotélica, la consolidación del neoplatonismo, las exigencias de reforma del calendario: sus lagunas eran las previsiones no cumplidas, a pesar de la hipertrofia de su aparato teórico, contraviniendo las exigencias básicas e irrecusables de la metafísica neoplatónica del dios geómetra.
Copérnico nos narra que se puso a “releer las obras de los filósofos” para ver si existían teorías diferentes a la contemporánea suya acerca del movimiento de las esferas del universo, y descubrió que Cicerón habla de Hicetas de Siracusa, quien sostenía que la Tierra era la que se movía. También el pitagórico Filolao, y Heráclides Póntico y Ecfanto, han pensado que la tierra giraba. Alentado por el hecho de que otros antes que él hubiesen sostenido una idea que a la mayoría parecía absurda, Copérnico comenzó a “pensar en la movilidad de la Tierra ”. Se siente seguro de la verdad de su teoría, pero no quiere substraerse “al juicio de nadie” y tampoco duda de que los matemáticos ingenioso y cultos coincidirían con el.
En el Revolutionibus, Copérnico defiende las tesis siguientes:
a) El mundo tiene que se esférico
b) La Tierra tiene que ser esférica
c) La Tierra , en unión con el agua, forma una esfera única
d) El movimiento de los cuerpos celestes es uniforme, circular y perpetuo, o bien está compuesto de movimientos circulares.
e) La tierra se mueve en una órbita circular alrededor del centro y también gira alrededor de su eje
f) La enorme vastedad de los cielos, en comparación con las dimensiones de la tierra. En el capítulo 7 se discuten las razones è los antiguos consideraban la inmovilidad de la Tierra , en el centro del mundo. La insuficiencia de dichas razones se demuestra en el capítulo 8.en el capítulo 9 se discute si a la tierra se le pueden atribuir otros movimientos, así como también se habla del centro del universo. El capítulo 10 está dedicado al orden de las esferas celestes.
La teoría copernicana causa una conmoción en el sistema del mundo: pero en su nuevo mundo subsisten numerosos elementos y diversas estructuras pertenecientes al viejo mundo.
a) No es un universo infinito
b) Es mayor que el de Ptolomeo, pero sigue siendo un mundi cerrado.
c) La forma perfecta es la esférica y el movimiento perfecto, el circular.
d) Los planetas no se mueven en órbitas; son transportados por esferas cristalinas que efectúan una rotación.
e) Las esferas poseen una realidad material.
Todos los elementos del viejo mundo, también se hallan en la tradición hermética. Sin embargo, rompió con una tradición milenaria, Copérnico no se limitó a mejorar o retocar en este o aquel aspecto el sistema ptolemaico, su grandeza estuvo en tener el valor suficiente para cambiar de camino: propuso un paradigma o gran teoría alternativa, que al principio no parecía aportar demasiadas ventajas y ni siquiera se presentaba como mucho más sencilla que la de Ptolomeo è su teoría no tenía nada que ver con las constantes e insuperables dificultades del viejo sistema¡, y contenía toda una serie de previsiones, las fases de Venus, una universo más grande etc. que más tarde fueron confirmadas por Galileo. El hecho más interesante de la obra de Copérnico consiste en haber impuesto al mundo de las ideas una nueva tradición de pensamiento.
El De Revolutionibus, Según Khun: el punto de partida de una nueva tradición astronómica y cosmológica, y al mismo tiempo la culminación de una antigua tradición.
Galileo Galilei: su vida y sus obras
Nació en Pisa el 15 de febrero de 1564.
Estudió matemáticas con Tartaglia, el célebre inventor del método de resolución de ecuaciones de tercer grado.
Fue profesor de matemáticas en Pisa en 1589 donde escribe De Motu
Fue docente en Padua durante 18 años, desde 1592 hasta 1610.
Estudia a Copérnico y a Kepler, y abraza la teoría copernicana, frecuenta los ambientes culturales paduanos y venecianos. Se casa con marina Gamba, de quien tiene tres hijos.
Publica en 1606 Las operaciones del compás geométrico militar.
Al tener noticia en 1609 del anteojo, lo construye por su cuenta, lo perfecciona, se atreve a dirigirlo in superioribus y consigue los magníficos descubrimientos astronómicos expuestos en el Sidereus Nuncius de 1610. Se convirtió en personaje célebre
Entre 1613 y 1615, escribe las famosas cuatro Cartas copernicanas sobre las relaciones entre ciencia y fe.
Acusado de herejía es denunciado al Santo Oficio, fue procesado en Roma en 1616, y se le prohibió enseñar o defender de palabra o por escrito las teorías incriminadas. Polemizó con el jesuita Orazio Grassi y de estas surge el Ensayador publicado en 1623. Este año sube al papado su amigo Maffeo Barberini como Urbano VIII, así puede escribir Galileo más desahogadamente el diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo con la más acérrima defensa del copernicanismo, que le lleva a ser procesado por segunda vez en 1633, es condenado y obligado a abjurar. Se le conmuta la prisión perpetua por el confinamiento en su propia casa.
En la soledad de Arcetri Galileo escribe su original Discursos y demostraciones matemáticas en torno a dos nuevas ciencias publicados en Leiden en 1638. En Arcetri tuvo el consuelo de verse asistido por Sor María Celeste (su hija Virginia), quien muere en 1634, dejándole desconsolado y sin ganas de vivir. Aún así se recobra y se dedica a la ciencia y escribe sus grandes Discursos. Ciego y machacado de males durante los últimos años de su vida, muere la noche del 8 de enero de 1642.
El anteojo
En 1597, en una carta dirigida a Kepler, Galileo afirma haberse adherido a la doctrina de Copérnico, y cuando en 1609 dirige su anteojo hacia cielo, Galileo comienza a acumular toda una serie de pruebas que, por un lado asestan un golpe decisivo al sistema aristotélico- ptolemaico de explicación del mundo, y por el otro, eliminan los obstáculos que se oponían a la aceptación del sistema copernicano, brindándole a éste un sólido respaldo.
En la primavera de 1609 recibe la noticia de que un flamenco había fabricado una lente que acercaba los objetos: Galileo prepara un tubo de plomo y coloca dos lentes en sus extremos. El 25 de agosto de 1609, Galileo presenta este aparato, como invención propia al gobierno Veneciano; se genera entusiasmo y se le aumenta a Galileo su retribución anual. La invención del anteojo no es un episodio relativamente admirable en sí è es el hecho de que Galileo haya introducido el anteojo en la ciencia, utilizándolo como instrumento científico y concibiéndolo como potenciador de nuestros sentidos, eso es lo interesante. La filosofía medieval había ignorado las lentes para anteojos como objetos para enfermos, ancianos o para trucos de feria. No se confiaba en las lentes por prejuicios arraigados en la cultura académica y eclesiástica con respecto a las artes mecánicas. La grandeza de galileo en relación con el anteojo está en haber superado toda una serie de obstáculos epistemológicos, de ideas que vetaban otras ideas y nuevas investigaciones. Los militares no se habían inmutado ante la novedad y el público cultor no sintió ninguna confianza en el anteojo: contemplar el cielo con el anteojo era para la mayoría de los sabios de entonces un acto irrazonable.
Cuando Galileo ve que en la luna hay montañas y valles, enseguida comprendió que podía desencadenarse una ofensiva sin precedentes en contra de los peripatéticos. Convierte el anteojo en elemento decisivo para el saber dejando de ser un simple aparato sin significación: pensó que potenciaba nuestros ojos.
Belarmino aconsejaba a Galileo que hablara del sistema copernicano ex suppositione y no absolutamente, como siempre creyó que había hecho Copérnico. Sin embargo, Galileo opinaba que las “ideas sensatas” y las demostraciones ciertas proclamaban la verdad del sistema copernicano. Copérnico no es un matemático que emita hipótesis como puros instrumentos de cálculo, sino un físico que pretende decir cómo son realmente las cosas: es realista, como lo es Galileo. Si se supone (Belarmino y la Iglesia católica) que los pasajes de la Biblia referentes al sistema del mundo, interpretados por la tradición, resultan absolutamente verdaderos e intocables, entonces, se hacía inevitable un choque frontal entre la Iglesia y Galileo, y este se vio obligado a ceder. Pero las relaciones entre ciencia y fe las concebía Galileo è
La incomparabilidad entre ciencia y fe
La teoría de Galileo reclama la autonomía de los conocimientos científicos, que se prueban por medio del mecanismo constituido por las reglas del método experimental. Esta autonomía de las ciencias en relación con las Sagradas Escrituras halla su justificación en el principio de “la intención” del Espíritu Santo que consiste en enseñarnos cómo se va al Cielo, y no cómo va el cielo. La Escritura no es un tratado de astronomía.
No es intención de la Sagrada Escritura enseñarnos que el cielo se mueva o que esté quieto, ni cual es su figura o donde se extiende, ni si la Tierra está contenida en su centro o es excéntrica è tampoco tuvo la intención de otorgarnos certeza con respecto a otras conclusiones del mismo género: Galileo llega a afirmar que las disputas acerca de problemas naturales no habría de comenzar por la autoridad de los pasajes de las Escrituras, sino por las experiencias sensatas y las demostraciones necesarias è procediendo igualmente del Verbo divino tanto la Escritura Sagrada como la naturaleza, aquélla como dictado del Espíritu Santo y ésta como ejecutora de las órdenes de Dios, hallándose que en las Escrituras de dicen muchas cosas distintas de lo verdadero absoluto; por el contrario, siendo la naturaleza inexorable e inmutable, y al no traspasar jamás los límites que las leyes le han impuesto, parece natural que la experiencia nos de demostraciones que no deben ser puestas en duda ni tampoco condenado, pues no todo lo dicho en la Escritura está ligado a una necesidad tan severa como los efectos naturales.
La autonomía de la ciencia frente a las verdades de la fe.
è Se relama la autonomía de la ciencia: todo aquello de lo que podamos tener noticia a través de las sensatas experiencias y las demostraciones necesarias queda substraído a la autoridad de las Escrituras: la Escritura , pues, es un mensaje de salvación que deja intacta la autonomía de la indagación científica. Así:
1) la Escritura es necesaria para la salvación del hombre
2) Los “artículos de salvación son tan firmes que ningún peligro tienen de doctrina alguna contraria.
3) La Escritura no posee ninguna autoridad con respecto a todos aquellos conocimientos susceptibles de ser descubiertos por experiencias y demostraciones
4) Lo que la Escritura dice sobre cómo salvarse, es doctrina que no puede ser desmentida.
5) Los escritores sagrados se dirigen a un vulgo rudo e indisciplinado.
6) La ciencia puede constituir un medio para efectuar interpretaciones correctas
7) No todos los intérpretes de la Biblia son infalibles
8) No se puede comprometer la Escritura en cosas que el hombre puede conocer con su sola razón
9) La ciencia es autónoma: sus verdades se establecen a través de experiencias y demostraciones, pero no basándose en la autoridad de la Escritura.
10) Ésta ocupa el último puesto en lo referente a cuestiones naturales.
Sufrió dos procesos inquisitoriales debiendo abjurar en el segundo de ellos para no ser encarcelado y torturado. No permitiéndosele en ningún caso escribir ni publicar nada en defensa del sistema copernicano. Sin embargo, Galileo, ayudado por su familia y amigos, y apoyado secretamente por quienes creían en sus teorías y métodos, no dejó de escribir ni de investigar hasta que la ceguera se lo impidió.
El 12 de marzo de 1610 Galileo publica en Venecia el Sidereus Nuncius. è propone la visión y la contemplación de los estudiosos de la naturaleza:
1) el añadir a la multitud de estrellas fijas, visibles a simple vistas, otras innumerables multitud de estrellas. El universo aumenta de tamaño.
2) La luna, con toda certeza, no se halla revestida de una superficie lisa y plana, sino escarpada y desigual: descubrimiento de enorme trascendencia porque destruye la distinción entre cuerpos terrestres y cuerpos celestes (pilar de la cosmología aristotélico-ptolemaica).
3) La galaxia es una acumulación de estrellas. Mediante estas observaciones procedentes de los ojos, se solucionan todas las disputas que durante tantos siglos atormentaron a los filósofos.
4) Las estrellas “nebulosas” son agrupaciones de pequeñas estrellas.
5) Argumento importante: la posibilidad de revelar la existencia de lo satélites de Júpiter. Éste sirvió como modelo a escala reducida del universo copernicano.
Galileo, en contra de Aristóteles y de Ptolomeo, puede sostener que no existe una diferencia de naturaleza entre la Tierra y la Luna. El mundo sublunar no es distinto del lunar.
En el Sidereus Nuncius, Galileo aduce argumentos en contra la teoría Ptolemaica (la Tierra inmóvil en el centro y el sol gira a su alrededor) y apoya al sistema copernicano (es la Tierra la gira alrededor del Sol). También se manifiesta que en el Sol se producen alteraciones (manchas). Los peripatéticos aducirán con poca fortuna hipótesis (“imaginaciones” según Galileo) ad hoc para apoyar el sistema ptolemaico que se derrumbaba.
Entre el primero y el segundo proceso, en 1632 Galileo publicó el diálogo sobre los dos sistemas máximos” que supone el derrocamiento de la filosofía aristotélica.
En el Diálogo hay tres interlocutores: Simplicio, Salviati y Sagredo. El primero representa al filósofo aristotélico, defensor del saber constituido, propio de la tradición; el segundo, es el científico copernicano, cauteloso pero resulto, paciente y tenaz, mientras que el tercero representa al público abierto a las novedades, pero que quiere conocer las razones de una y otra parte. Está escrito en lengua vulgar è nuevas clases intelectuales de la burguesía y el clero.
El Diálogo transcurre a lo largo de cuatro jornadas de coloquios. La primera jornada se dedica a demostrar lo infundado de la distinción aristotélica entre el mundo celestial y el mundo terreno de los elementos que sería mudable y alterable. No existe tal distinción: testimonio de los sentidos potenciados por el anteojo. La segunda jornada versa sobre la crítica a aquellos argumentos procedentes de la típica observación común y que se aducen en contra de la teoría copernicana, sin embargo antes de pasar a la segunda jornada, Galileo efectúa interesantes consideraciones sobre el lenguaje.
Existen argumentos en contra del movimiento de la Tierra que proceden de la antigüedad y de la época contemporánea a Galileo: los cuerpos pesados caen perpendicularmente, si en una nave en reposo se deja caer una piedra desde la extremidad de uno de sus palos, la piedra cae perpendicularmente a la base del mismo paño, pero si se está en movimiento, entonces la piedra cae desde lo alto y lejos de la base de éste, en dirección de popa. Tomando como base la experiencia Galileo, establece el principio de la relatividad de los movimientos, con lo que destruye con un solo golpe todas estas experiencias del sentido común, que se aducían en contra de la teoría del movimiento terrestre. En resumen: con sus teorías logra desembarazarse de todo aquel conjunto de hechos contrarios a Copérnico y favorables a Ptolomeo, reemplazándolos con otros hechos, otras experiencias, otras evidencias. è Basándose en observaciones mecánicas realizadas en el interior de un sistema determinado es imposible establecer si dicho sistema se halla en reposo o en movimiento rectilíneo uniforme. La importancia de este principio de relatividad (galileana) salta a la vista si se recuerda que la relatividad restringida de Einstein no es más que una ampliación de la galileana, una extensión de ésta a todos los fenómenos naturales. A través de dicho principio Galileo logra neutralizar toda una serie de experiencias que se oponían al sistema copernicano: construye nuevos hechos, interpreta de modo diferente los antiguos. è que todo movimiento sea relativo significa que el movimiento no es atribuible a un cuerpo en sí mismo. El estado de reposo de un cuerpo también necesita explicación. En ausencia de resistencias externas, para detener un cuerpo en movimiento es preciso que haya una fuerza. La fuerza no produce el movimiento, sino la aceleración è principio de inercia. De este modo se produce un ataque radical a la cosmología aristotélica. El diálogo está dirigido contra la tradición aristotélica en provecho de la filosofía de Platón, de una determinada filosofía de Platón.
La ciencia moderna es la ciencia de Galileo, supuestos, autonomía y método.
a) No es un saber al servicio de la fe; posee un objetivo distinto: se acepta y se fundamenta por razones diversas a las de la fe.
b) Autónoma de todos aquellos lazos humanos que vedan su realización.
c) No significa que la tradición resulte negativa en cuanto tradición. Es negativa cuando se erige en dogma, en dogma incontrolable que pretende ser intocable. Ataca el dogmatismo en el puro ipse dixit y no las razones que aún hoy podrían hallarse. A la verdad no hay que pedirle el certificado de nacimiento, y en todas partes pueden encontrarse razones y demostraciones. Lo importante es dar a entender que son válidas y no que estén escritas en los libros de Aristóteles. Galileo pretende liberar el camino de la ciencia de un obstáculo epistemológico estrictamente, del autoritarismo de una tradición sofocante que bloquea el avance de la ciencia. Es platónico en filosofía y aristotélico en el método.
d) La ciencia de Galileo es realista. No razona como un matemático puro, sino como físico; se consideraba más filósofo que matemático. La ciencia no es un conjunto de instrumentos útiles sino que consiste en una descripción verdadera de la realidad.
e) La ciencia sólo puede ofrecernos una descripción verdadera de la realidad, sólo puede llegar hasta los objetos con la condición de establecer una distinción fundamental entre las cualidades objetivas y subjetivas de los cuerpos. La ciencia debe limitarse a describir las cualidades objetivas de los cuerpos, cuantitativas y mensurables, excluyendo de sí misma al hombre, cualidades subjetivas. Lo trata en el Ensayador el libro donde expone Galileo su método.
f) La ciencia describe la realidad; es conocimiento y no seudo filosofía porque describe las cualidades objetivas (primarias) de los cuerpos, y no las subjetivas (secundarias): esta ciencia descriptiva de la realidad objetiva y mensurable, se vuelve posible porque el libro de la naturaleza está “escrito en lenguaje matemático”.
g) La ciencia es conocimiento objetivo de las afecciones o cualidades cuantificables y mensurables de los cuerpos. Es un redescubrimiento del lenguaje del libro de la Naturaleza : es objetiva porque no se queda empantanada en las cualidades subjetivas o secundarias è esencialismo. El hombre no lo conoce todo; de las sustancias que conoce desconoce su esencia verdadera e intrínseca, pero a pesar de ello el hombre posee algunos conocimientos definitivos no revisables.
h) Limitarse a las cualidades objetivas a sus cualidades geométricas mensurables, implica una serie de consecuencias:
i. Excluye al hombre del universo investigado por la física
ii. Excluye por ello un cosmos de cosas y de objetos ordenado y jerarquizado en función del hombre
iii. Excluye la indagación cualitativa a favor de la cuantitativa.
iv. Elimina las causas finales a favor de las causas mecánicas y eficientes è el mundo descrito por la física de Galileo ya no es el mundo de que habla la física de Aristóteles. El universo determinista y mecanicista de Galileo no es el antropocéntrico del estagirita. Ya no está jerarquizado y ordenado en función del hombre y éste ya no constituye la finalidad de aquél: está ordenado geométricamente con un orden que se muestra ciego ante el hombre.
i) Consecuencia ulterior: demostración de la vaciedad o, incluso, de la insensatez de las teorías y los conceptos aristotélicos. (perfección de algunos movimientos, de algunas formas de los cuerpos). La vaciedad de un concepto propuesto de manera absoluta, poniendo en tela de juicio su eficacia cuando se le coloca en el plano empírico y se lo relativiza. La idea de perfección sólo funciona cuando se habla de ella con relación a algo, en la perspectiva de un fin determinado: una cosa es más o menos perfecta según resulta más o menos adecuada a un fin prefijado o establecido. Y dicha perfección es un atributo controlable.
La experiencia científica es el experimento: en él la mente no se muestra pasiva en absoluto. La mente actúa: formula suposiciones, extrae con rigor sus consecuencias y a continuación comprueba si éstas se dan o no en la realidad. La mente no se somete a una experiencia científica, la hace, la proyecta, para comprobar si es verdad una suposición suya.
Además las teorías o suposiciones pueden servir para modificar o para corregir teorías consolidadas que nadie se atreve a poner en discusión, pero que han aislado la observación a través de interpretaciones inadecuadas, creando hechos obstinados, pero falsos (así la teoría heliocéntrica de Copérnico frente a la obstinación geocéntrica del sistema aristotélico ptolemaico).
è La experiencia sensata es fruto de un experimento programado, un intento de obligar a responder a la naturaleza.
Galileo razona sobre experimentos que él no ha realizado y que resultan tan idealizados que no pueden llevarse a la práctica. Es preciso primero definir y luego distinguir. Hay que definir primero la teoría, matemáticamente perfecta: Galileo la había construido precisamente para que resultase verdadera. Segundo: hay que establecer que no es cierto que los experimentos no se hayan efectuado: se trata de la distinción entre experimentos practicables y experimentos mentales o imaginarios. En los primeros se trata de experimentos técnicamente realizables, en los que se controla una teoría basándose en sus consecuencias observables.
Existen además experimentos mentales: prescindiendo de las idealizaciones geométricas, se trata de experimentos que habría que llevar a cabo en condiciones que no se pueden dar y que resultan impracticables. No son inútiles: lo importante es ver el uso que se hace de ellos y si su utilización no es apologética, sino crítica, pueden servir precisamente a la utilización crítica que el mismo Galileo hace de los experimentos mentales è críticas a la teoría del movimiento de Aristóteles. Prueba la falsedad de la suposición aristotélica de que la velocidad natural de un cuerpo más pesado es mayor que la de un cuerpo más ligero. Galileo se veía obligado a destruir la base empírica de la concepción aristotélico-ptolemaica: necesidad de experimentos imaginarios (hoy valorados y comentados por Popper).
No distinguir entre experimentos practicables y experimentos imaginarios, y no haber comprendido siempre el papel del experimento mental han originado interpretaciones incorrectas o parciales. También errores el haber identificado la experiencia científica con la mera observación. La experiencia científica de Galileo es el experimento científico. Este consiste ene. Denso conjunto de teorías que instituyen hechos y de hechos que controlan teorías. Se comprende con facilidad en qué sentido y de qué forma Galileo fue el teorizador del método hipotético-deductivo.
[1] Del libro ya citado “Introducción al pensamiento filosófico” Filosofía y modernidad de MOISES GONZÁLEZ, parte tercera.
[2] Del Capítulo V LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA del libro ya citado de Reale y Antiseri “Historia del pensamiento filosófico y científico”.
[3] Tomado del Libro Historia del pensamiento filosófico y científico Reale- Antiseri. Cap. 5 Aptdo. 3.2-5
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