Modi significandi
1. LAS FUENTES DE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL DEL LENGUAJE.
Fueron[1]
dos las Fuentes:
a)
La
filosófica, de tradición aristotélica, en conexión con los problemas lógicos y
metafísicos. Dos orígenes de la semántica medieval:
a.
San
Agustín: el signo posee fuerza por sí mismo
b.
Boecio
(480-525) por su traducción del Peri
Hermeneias de Aristóteles que creó una tradición basada en la autoridad de
este pensador.
b)
La
gramatical, de origen estoico y tradición alejandrina, que culmina en los modistae en los siglos XII y XIV.
2. EL SIGNO, SEGÚN SAN AGUSTÍN
a)
Su
filosofía del signo: lo define como realidad
material que evoca en el entendimiento
una realidad ajena. Está constituido por una unión intrínseca de sonido y
significación. No es concebible un signo sin significado, sonido vacuo. En la
significación reside el núcleo o valor o fuerza (vis) del signo lingüístico,
pero no se identifica con ella. La noción de fuerza del signo es más amplia:
diferentes formas en que la significación afecta a un auditorio.
b)
La
dialéctica, como concepción global de una ciencia del lenguaje:
(1)
Análisis
de la expresión simple (loquendo)
(a)
Niveles
(i)
Fonológico.-Fuerza
(vis), en sentido puramente material.
(ii)
Morfológico
1.
Declinatio
2.
Ordinatio
(iii)
Semántico.-
desarrolla las relaciones de la palabra con los niveles psicológicos y
ontológicos con el concepto y la referencia.
3. EL LENGUAJE EXTERIOR Y EL LENGUAJE INTERIOR
La primera impresión de la teoría de signo de San Agustín:
conexión directa entre el signo y la cosa significada. A esta impresión
contribuye la importancia capital que él da al aprendizaje lingüístico por
ostensión[2]:
San Agustín distingue entre dos planos:
a)
Exterior:
realidad fónica (vox verbi)
b)
Interior:
responde a la realidad auténtica del signo, es el signo auténtico. Las palabras
son comunes a todas las lenguas e independientes de su “traducción” verbal a
una lengua concreta. La relación que guardan entre sí los niveles exterior e
interior es semiótica[3].
4. DICTIO, DICIBLE Y RES
a)
San
Agustín.- Principios Dialecticos (Principia
Dialecticae): expone su teoría semántica
a.
Verbum:
palabra articulada, la entidad fónica que desencadena efectos en el espíritu.
b.
Dictio:
cuando el verbum se usa en sentido ordinario[4].
Tanto esta como la a) pertenecen al lenguaje exterior, èen ambas está el componente material
del signo: el sonido.
c.
Dicible:
está englobado en la dictio, es lo expresable mediante el lenguaje y que
preexiste a éste. Pertenece al lenguaje interior[5]
i.
A
diferencia de la dialéctica estoica, la de San Agustín estaba más centrada en
la expresión simple, que en el enunciado.
ii.
San
Agustín ubica la relación de significación en el nivel de la palabra: relación
que se da entre la palabra y la cosa, por intermedio del signo mental. Razón
por la que el análisis agustiniano es más rico en la semántica léxica que en la semántica oracional. Destacar las
relaciones léxicas de:
1.
Sinonimia
2.
Antonimia
3.
Ambigüedad
léxica
iii.
La
dialéctica se amplía mediante la incorporación del análisis del enunciado
compuesto o complejo.
d.
Res:
la realidad misma.
b)
Boecio:
por su mediación se conocieron y fueron estudiadas las teorías aristotélicas
sobre el lenguaje y la lógica, traduciendo y preparando ediciones de las obras
del estagirita no conocidas hasta el siglo XII (Primeros analíticos, Segundos analíticos, Refutaciones sofísticas,
Tópicos y Peri Hermeneias)
a.
Por
el estudio de estas obras a través de Boecio, la reflexión surgida del
conocimiento de las mismas se concreta en los siglos XIII y XIV en una
semántica filosófica.
b.
Una
de las dificultades de los filósofos medievales [6]del
lenguaje tuvo que ver con la supresión de la distinción aristotélica entre simbola
y semeia (símbolos y síntomas) que Boecio tradujo por el término notas.
i.
Los
semeia no están en una relación de denotación.
ii.
No
se refieren a los contenidos mentales, sino que únicamente señalan su
existencia.
iii.
U.
Eco: la semántica medieval estaba más vertida hacia la dimensión cognitiva que
hacia la puramente referencial o denotativa.
5. INTENCIONES E IMPOSICIONES PRIMARIAS Y SECUNDARIAS
Boecio, por
influencia de San Agustín, transmitió equivocadamente la idea de que
Aristóteles concebía los contenidos mentales correspondientes a los signos
lingüísticos, como nombres de las cosas referidas.[7]
Otros
problemas:
a)
Universales:
planteado en la Isagogé de Porfirio-
b)
Impositiones:
lo que convierte a la voz en entidad significativa. Permite adscribir
significado a un conjunto de sonidos o marcas. Entraña intencionalidad
implícita de una expresión lingüística.
a.
Su
distinción se establece en el primer nivel nominativo:
i.
Significatio:
relación entre las expresiones lingüísticas y los contenidos cognitivos.
ii.
Apellatio:
relación entre las expresiones y las realidades mismas (Abelardo).
1.
Los
signos que verdaderamente interesan son los articulados, las palabras.
c)
Intentiones:
relacionadas con las impositiones y en correspondencia con ellas. Son los
elementos del lenguaje mental a través del cual nos referimos a la realidad. En
este nivel se establece la distinción entre impositiones:
a.
Primarias:
están en relación designativa (mediata) con entidades extralingüísticas. Mesa,
pluma.
i.
Constituían
signos naturales de realidades extra mentales
ii.
Conceptos
directos de las cosas.
b.
Secundarias:
designan (mediatamente) realidades intralingüísticas. Sustantivo o término.
i.
Constituían
signos de realidades mentales è relación con las primarias
ii.
Situaba
a las intenciones primarias dentro de una red o estructura conceptual,
constituyendo conceptos reflejos.
d)
Polémica
a propósito de estas dos disciplinas[8]:
a.
Sermocinalismo
i.
Expuesta
por Abelardo
ii.
La
dialéctica tenía como objetos directos las entidades lingüísticas, entendidas
como proferencias significativas
iii.
Obviaba
el segundo nivel (nominativo, mental).
iv.
Consideraba
las categorías aristotélicas como propiedades de categorías lingüísticas y no
ontológicas.
b.
Avicenistas
i.
Alberto
Magno-
ii.
El
objeto de la lógica eran las intenciones secundarias.
iii.
La
lógica estaba en relación con el discurso mental, y la gramática lo estaba con
el lingüístico.
1.
La
gramática se ocupaba de la relaciones entre términos y realidades externas.
2.
La
lógica, entre los términos y las realidades internas, mentales.
iv.
De
todas maneras durante el Medioevo se extendió la tendencia de tratar de forma
unitaria los niveles de imposición e intención.
En el siglo
XII se impulsó también la investigación sobre las propietates terminorum y los sincategoremata,
o la naturaleza semántica de los términos y la función y significado de las
conectivas lingüísticas
a)
Términos:
“extremos” de la oración indicativa que expresa una proposición è las expresiones que desempeñan la
función de sujeto y predicado añadiéndole la expresión conectora, la cópula.
a.
Complejos:
sujeto podía ser una frase nominal y el predicado podía abarcar tanto al verbo
como a sus complementos.
b.
Simples
b)
Syncategoremata:
determinan la estructura formal de la oración, con procesos inferenciales
lógicos. El estudio de las modalidades: una taxonomía de categorías
gramaticales è gramática especulativa cuyo máximo desarrollo fue alcanzado
en la escuela de los modistae.
a.
Tratados:
lógicos. Análisis de las consecuencias a que daban lugar los elementos conectores
b.
Autores:
William de Shyreswood (1200/10- 1267) y Pedro Hispano (1205-1277).
c.
Estos
autores constituyeron la fuente de G. de Ockam y los gramáticos especulativos
de los siglos XIII y XIV.
6. SIGNIFICATIO Y SUPPOSITIO
Estos
autores distinguieron dos propiedades fundamentales en los términos, la
significatio y la suppositio, y además diferenciaron entre copulatio y
apellatio, y especificaron grados semánticos (restricción, ampliación,
distribución y alienación.
a)
La
significatio: Capacidad del término
para presentar al entendimiento una cosa bajo su aspecto formal o imagen
conceptual. propiedad esencial de los términos categoremáticos; los
sincategoremáticos carecen de ella.
a.
Substantiva:
nombres
i.
Sólo
los sustantivos tienen suppositio
(están en lugar de las cosas representadas en el seno de la proposición).
b.
Copulativa:
adjetivos y verbos.
i.
Sólo
adquieren suppositio cuando estas
categorías lingüísticas están sustantivadas
b)
La
suppositio, noción:
a.
Sintáctica:
posee dimensión cuantificacional[9].
b.
Semántica:
especifica la conexión del lenguaje con la realidad, determinando la verdad o
falsedad de la proposición.
c)
Diferencia:
a.
Teoría
contextualista de la referencia: términos solo tienen suppositio en el contexto
de la oración.
b.
No contextualista: los términos suponen, sean sujetos o no.
En el siglo
XIII, la suposición propia del sustantivo, ajena a su función en la proposición,
se la denominó suppositio naturalis,
que quedó en desuso con el predominio del nominalismo ockamista del siglo XIV.
7.
LAS DIFERENTES CLASES DE SUPPOSITIO
Los lógicos
en los siglos XIII y XIV, distinciones entre clases de suppositio[10]:
a)
Impropia:
el término lingüístico es empleado literalmente.
b)
Propia.
a.
Formal:
si el término está en lugar de una realidad no lingüística.
i.
Personal:
lo sustituido es una entidad individual concreta bajo una cierta forma. Ej. “el
hombre respira”.
1.
Singular
o discreta: referencia a conjuntos. Ej. “El hombre tiene una capa verde”:
2.
Universal
o común: referencia a individuos de conjuntos. Ej. “El hombre es el rey de la
creación”.
ii.
Simple:
lo sustituido es la propia forma, una parte de su contenido conceptual. Ej. “el
hombre es una especie”.
b.
Material:
si es un nombre de una entidad lingüística.
8. LOS MODISTAE: TEORÍA DE LOS MODOS DE SIGNIFICAR.
La aparición
de los gramáticos especulativos o modistae
a finales del siglo XIII supuso una especialización y división intelectual del
trabajo, porque por primera vez, se constituyo la gramática como ciencia, con
los supuestos aristotélicos de unidad y universalidad.
La gramática[11]
tenía como objeto el lenguaje y no las lenguas particulares: las
características permanentes, profundas y comunes a todas las lenguas,
susceptibles de descubrimiento y análisis más allá de las peculiaridades
concretas, y todo con el supuesto aristotélico de la unidad de la mente humana.
Sustentaron
a juicio de De Bustos una filosofía del lenguaje que postuló por primera vez un
estrecho paralelismo entre los ámbitos de la realidad, el pensamiento y el
lenguaje. Al mismo tiempo, destacaron los hechos universales y comunes a todas
las lenguas, convirtiéndose en predecesores inmediatos de las Gramáticas
generales del siglo XX.
Los modistae distinguieron tres modos, tan
estrechamente correspondientes entre sí que sería erróneo concebirlos en
términos semióticos. Estos tres niveles son encarnaciones formales de una misma
realidad. Estos modos son:
a)
Modo
de ser de las cosas: modus essendi. La
realidad se presenta como absoluta, ontológicamente autónoma.
b)
Modo
inteligible: modus intelligendi. La
forma en que las cosas son captadas. Determinada por la anterior. La realidad
puede presentarse como susceptible de ser captada y comprendida.
c)
Modos
de significar: modus significandi. La
forma en que las cosas son designadas. Determinada a su vez por la inmediata
anterior. La realidad puede presentarse susceptible de ser expresada por medio
del lenguaje.
Lo que varía
entre los tres modos es la ratio, la
posibilidad formal a través de la cual se puede hacer presente una misma
realidad. Así la ontología aristotélica en la interpretación escolástica fue el
fundamento de las taxonomías lingüísticas de los modistae que se apartaban consecuentemente de las de Prisciano.
Distinguieron
las ocho categorías tradicionales, separando las cuatro principales (nombre,
verbo, participio y pronombre)[12],
de las cuatro secundarias o
indeclinables (adverbio, interjección, preposición y conjunción)[13]
.
La palabra
(dictio), se concreta en un conjunto de sonidos vocales articulados (vox), que
tiene doble dimensión semiótica:
a)
Significado.
b)
Modo
de significar.
Las
distinciones gramaticales categoriales se producen como diferencias en los
modos de significar. No son meros artificios teóricos para la descripción de
las lenguas: están causadas por la estructura de la realidad y del pensamiento,
no son arbitrarias.
9. LA TEORIA DE OCKAM SOBRE LA SUPPOSITIO.
El
nominalismo de Ockam tiene dimensiones lógicas y epistemológicas y motivaciones
ontológicas y teológicas.
La
modernidad de Ockam se observa en el tratamiento del término en cuanto a
componente de la proposición.
Término es
toda expresión lingüística que funciona como tal en el marco de la oración. Son
términos no sólo los categoremáticos sino también los que hoy denominamos
sintagmas nominales y oraciones sustantivadas: todo aquello que o bien funciona
como sujeto o bien se presenta como predicado.
Pero Ockam distingue los términos que se remiten en todo caso a la
realidad extraindividual:
a)
Propiamente
lingüísticos (orales o escritos). Son de índole convencional
b)
Mentales.
Son de carácter natural, presencia universal y son los mismos para todos los
hombres.
Ambos
términos han de tener significación, como condición de su suposición, variando
su modalidad referencial en función del contexto oracional en que se encuentren.
El tipo de
suposición de un sujeto o predicado de una oración se averigua cuando se
comprende si el predicado o sujeto puede ser adjuntado con verdad a ese sujeto
o predicado. Este tratamiento intra-oracional evita dos defectos de otras
teorías:
a)
Necesidad
de tener que dar cuenta de ambigüedades léxicas de los términos considerados de
manera aislada.
b)
Los
problemas de los errores categoriales.
Constituye
una gran síntesis que reformula en términos extensionales las teorías
lógico-semánticas de carácter aristotélico de siglos anteriores.
Distingue
tres clases de suppositio:
a)
Simple[14]:
los términos expresan conceptos. Encarna su nominalismo.
b)
Material:
Los términos se refieren a otras entidades lingüísticas.
c)
Personal.
Solamente en ésta se da una relación plena de significación. La cual consiste
en la sustitución de un objeto que se presenta a la mente a través del concepto
expresado por el término con suposición material.
Los
conceptos son ejemplificados por los individuos, no constituirán realidades
aparte de esos individuos. Esta tesis la explicó Ockam afirmando:
a)
Términos
absolutos: nombres de sustancias o entidades individuales.
b)
Términos
connotativos: referidos oblicuamente, indirectamente a una entidad individual,
en cuanto se halla presente en ella uno y otro concepto.
Nominalismo de Ockam: consiste en su negativa a considerar los
nombres comunes o predicados como designadores de entidades diferentes de los
individuos a que se aplican. Precedente lejano del extensionalismo de la lógica
moderna y del análisis formal de la semántica de las lenguas naturales.
[1]
Apuntes tomados del libro de Eduardo de Bustos Guadaño “Filosofía del
Lenguaje”.
[2]
Saber el significado de una palabra es saber indicar la realidad que invoca en
el espíritu
[3]
Las palabras exteriores son signos de las palabras interiores.
[4]
Para indicar una realidad ajena a sí misma.
[5]
Vida mental o espiritual.
[6]
Debido al conocimiento deficiente de las obras clásicas y versiones
inapropiadas de las conocidas.
[7]
Habría así un doble proceso nominal: a) entre palabras y contenidos mentales y
b) entre éstos y las cosas mismas.
[8]
Manifestación de la pugna entre un enfoque intensional y cognitivo,
correspondiente al avicenismo, y un enfoque extensional, el sermocinalismo.
[9]
Permite fijar la extensión de un término, lo que el término abarca o lo que
propiamente se aplica.
[10]
Se convirtió en un instrumento analítico de considerable complejidad y
utilidad; una realización intelectual como eje de la investigación lógico-
semántica durante los siglos XII y XIV.
[11]
En la concepción de los modistae
Boecio da Dacia, Martin de Dacia, Siger de Courtrai y Thomas de Erfurt.
[12]
Auténticos modi significandi.
[13]
Comparadas con la syncategoremata.
[14]
Antes de Ockam se postulaba que los términos con este tipo de suposición
designaban universales, propiedades
realmente existentes manifestadas en los individuos designados por términos con
suposición personal. Ockam, sin embargo, mantuvo que tales propiedades
universales no son propiedades de los individuos, sino de los conceptos, entendidos
simplemente como signos mentales de carácter natural.
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