sábado, 2 de julio de 2011

FEDÓN, O DEL ALMA.- PLATÓN


Fedón cuenta el episodio al pitagórico Equécrates a petición de éste.
Ceremonia del barco de Delos è Sócrates lleva mucho tiempo en prisión esperando la ejecución que se verificará al día siguiente de la vuelta de dicho barco.
Fedón prepara con sus prolegómenos el pathos de la escena “la ultima escena”. Platón estaba enfermo. Alusión que le exime de tomar partido y que obliga al filósofo a contarnos la historia de manera indirecta por boca de uno de los testigos presenciales.
Además de los once discípulos y Platón que no asistió (número doce no casual, a mi parecer), hubo cinco extranjeros, aunque la nómina de los que efectivamente intervienen en el coloquio final son catorce.
La larga introducción incluye una explicación de Sócrates sobre sus recientes poemas: la satisfación de un ensueño, que casi le ordena realizar el prologo comentado de alguna nueva fábula de Esopo.
Se inicia el punto de partida del debate. Cebes, uno de los extranjeros pitagóricos, pregunta a Sócrates por la razón de ilicitud del suicidio, a raíz de un comentario emitido por éste sobre el arte de Eveno.
Sócrates apela primero a la indisponibilidad de la propia vida: son los dioses quienes han de decidir cuando el alma ha de abandonar el cuerpo — en comparación de éstos con el dueño de esclavos, contrariado porque uno de ellos se ha quitado la vida sin su permiso—.
Cebes, primero, y Simmias — el otro extranjero pitagórico — arrancan la parte orgánica del relato: Cebes expone en conctra de una ashortación anterior de Sócrates en la que afirmaba que el filósofo debe estar dispuesto a abandonar este mundo con alegría. ¿Cómo va a desear el filósofo abandonar la servidumbre a los mejores patronos, los dioses, con la alegría propia de un esclavo ignorante!
Exposición del tema del alma: esperanza de una vida ultraterrena al lado de los dioses y de gente buena. El alma premiada por su bondad, escapa hacia lo bueno una vez muerto el cuerpo
Tesis: la filosofía como preparación para la muerte; que se define como la separación del alma y del cuerpo.
Discusión con Simmias: descarte del cuerpo en los placeres que busca el filósofo: quien únicamente procura el bienestar y cultivo de su alma
En la contemplación de las ideas en sí, base de lo real, el cuerpo es un estorbo. Sócrates lleva a Simmias a la afirmación de que por esto mismo el filósofo debe vivir siempre deseando liberarse del cuerpo. Así, mientras vive, el filosofo ha de vivir apartado de las necesidades del cuerpo y no darle más satisfacciones que las puramente necesarias.
Muerte como purificación (orfismo: Simmias es pitagórico). El afanarse durante la vida en vivir conforme al alma en la búsqueda de las Ideas en sí, convierte al filósofo en iniciado en los ritos de la muerte. Purificado llega al Hades donde, en lugar de caer en el fango de los ignorantes, elevado al contacto con los dioses y los seres puros è ¿no va, pues, el  filósofo a desear abandonar esta vida ante la esperanza de aquélla otra?
Fin de la discusión con Simmias y de la defensa del deseo por morir.
Comienza la discusión con Cebes.
Tema central:
¿Existe el alma después de la muerte, o se desvanece como el soplo homérico? ¿Y si existe, tiene capacidad de obrar y entendimiento?
Invoca la trasmigración de las almas (pitagorismo). Consistirá en demostrar que tal cosa es empíricamente probable. La muerte, causa de la vida y la vida causa de la muerte. En toda la naturaleza. El origen de cada cosa reside en su contrario.
Pitagorismo y cierto Heraclitismo:
Cada cosa tiene su origen en su contrario, vehiculando por unas acciones que hacen a cada sujeto tender hacia su contrario: lo mismo que lo pequeño “aumenta” a lo grande, se puede decir de calentar, enfriar componerse, descomponerse..., así hasta llegar a la antítesis vida-muerte: haciendo que sea Cebes quien diga que el orgen de la vida es la muerte y viceversa. Así deja presentada esta tesis.
Llega a la vida desde la muerte, concepto de revivir è las almas de los muertos han de estar en algún lugar.
Cebes introduce la teoría de Sócrates de la reminiscencia como prueba de que el alma existe tras la muerte = aprender es recordar. Desarrollo de la teoría expuesta en el Menón. Aquí la resume Cebes a petición de Sócrates.
Simmias reclama la prueba de esta teoría en él mismo y solicita que se le haga recordar.
Sócrates apela a los conceptos puros, a las Ideas de lo que es en sí: en este caso la igualdad será poner como referente al sujeto en sí “recordado” con manifestaciones “iguales” a ese sujeto. Cuando estas manifestaciones mueven nuestra alma hacia lo igual en sí a otra, nuestra alma “recuerda” aquello que hasta ese momento creía no saber, y por aplicación de lo igual, es capaz de aprehender dicho conocimiento, “recordarlo”, porque ya lo poseía de antemano.
Al nacer olvidamos lo que hemos aprendido acerca de lo que es en sí. Necesitamos, pues, recordarlo en cada nacimiento.

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