sábado, 9 de julio de 2011

MENON O DE LA VIRTUD.- PLATÓN

Menón pregunta a Sócrates si la virtud se enseña o no o si se adquiere por naturaleza.
Sócrates responde que ignora qué sea virtud así como que nadie lo sepa, e invita a Menón ( discípulo de Gorgias) a que la defina
Menón: hay una virtud para cada sexo, cada edad y ocupación.
Sócrates è retoma la cuestión al comienza y manifiesta referirse a la “virtud” mientras que Menón se ha referido a “las virtudes”.
Descartadas las “virtudes”, Sócrates inquiere de nuevo a Menón sobre “la virtud” è que en cuestión de administrar requiere de prudencia y justicia., Y Menón responde que es la capacidad de gobernar a los hombres.
Después de llegar de nuevo a la conclusión de que existen varias virtudes para ejercer la que se ha definido, viene una discusión acerca de la figura y el color en que Sócrates, de manera intencionada, describe la figura basada en su capacidad para ser portadora del color. A la queja de Menón sobre qué es color, Sócrates implica irónicamente a Empédocles ( teórico seguido por Gorgias) y define el color por medio de la teoría de los efluvios y los poros.
Tras esto, el quid pro  quo en que se ha convertido el debate, Menón se ve obligado a una tercera precisión sobre qué es la virtud: deseo de cosas bellas junto con el deseo de procurarselas — a precisión de Sócrates — con justicia.
Desmantelada ora vez por Sócrates esta definición, por tratarse la justicia de una parte de virtud, y no se deduce que la virtud deba proceder de una parte, Sócrates, volviendo al símil de la figura y el color, es decir, invocando que es ilegítimo definir una cosa dando por sentado una cualidad de ella que aun no se ha definido (ejemplo de la esfericidad) vuelve a requerir a Menón una definición sobre la virtud.
Menón se confiesa incapaz de dar respuesta e increpa a Sócrates por las dificultades que pone a todo.
Éste a su vez le recuerda su advertencia primera de ignorar todo lo concerniente a qué sea la virtud y se ofrece a investigar qué cosa es.
Menón le hace la pregunta clave: ¿cómo de lo que nada se sabe, podermos a llegar a saber? ¿Qué conocimiento hará posible esto?
Introduce Sócrates la teoría de la reminiscencia. Sacerdotes y poetas que gozan del favor divino parten de la inmortalidad del alma (pitagorismo) la cual va pasando de la muerte a la vida (trasmigración). En este continuo pasar de la Tierra al Infierno durante tanto tiempo, el alma lo ha aprendido todo. Al ser homogénea la naturaleza y al completo saber del alma se achaca el hecho de serle a esta posible, partiendo de un detalle, deducirlo todo è deducción del conocimiento. El hecho de investigar y saber es lo que llama reminiscencia ( anamnesis). No aprendemos, sino sabemos, por estas reminiscencias del alma omnisapiente.
A la pregunta de Menón en qué consiste realmente esta teoría, conduce la investigación de la virtud hasta el final del diálogo.
¿Qué es lo que hace decir a Sócrates esto? ¿Cuál será la razón última de que todo saber particular es deducido de un saber general que llevamos implantado en nuestra alma omnisapiente?
Discusión con el esclavo, acerca de la diferencia entre longitud y superficie ( proporcionalidad y cuadratura, fundamentos de la geometría) para verificar empíricamente la teoría del saber recordado.
Inducido por Sócrates el esclavo va contestando, tras varias dudas, y llega a la definición de los fundamentos geométricos è probar la reminiscencia. Las opiniones (opiniones verdaderas) se encontraban ya en el esclavo è sobre las cosas que se ignoran se puede tener opiniones verdaderas gracias a la reminiscencias, ya que el saber es un recordar un saber que se ha tenido siempre.
Aprender a esforzarse por recordar lo que en nosotros tenemos aprendido è nos lleva al punto de partida para buscar la virtud y vuelta al arranque ¿puede ser enseñada?
Respuesta si es una ciencia: sí è lo que se enseña unicamante es ciencia.
Se parte de la base de que la virtud es un bien. Si hay cosa que aislada de la ciencia sea un bien, la virtud podría no ser ciencia, pero si no, no.
Virtud es útil porque nos hace buenos.
La virtud como útil è es una especie de razón.
Lo útil es lo razonable: en el hombre todo depende del alma y ella misma depende de la razón, sin la que no puede ser buena. è la virtud es la razón.
Luego no es don de la naturaleza. Entonces ¿qué es? ¿Consecuencia o fruto del estudio? Sí — contesta Menón —. Pero Sócrates descubre anomalía: no es que no pueda enseñarse, es que es dudoso que sea ciencia, porque no carece de maestros que la enseñen ni discípulos que la aprendan.
Para la prueba: llegada accidental de Anitos — el futuro y mortal acusador de Sócrates — y se le traslada la pregunta: ¿quiénes y cuáles son los maestros que enseñan virtud?
Eso le lleva a Sócrates a proponer a los Sofistas (irónicamente), proposición que rechaza desdeñosa e airadamente Anitos, con duros calificativos — no hay que olvidar que este personaje, como político de influencia, desdeñaba a quienes teorizaban y debatían al estilo delos sofistas  y que incluía también a Sócrates entre ellos -.
Descartados los Sofistas a quienes Anitos manifiesta despreciar sin apenas conocerlos — irónica y peyorativa visión platónica de la figura de este siniestro personaje -, la pregunta vuelve a él, ¿quiénes son maestros de la virtud? No los virtuosos, sino quienes enseñan la virtud.
Sócrates propone examinar la figura de Temístocles. ¿Por qué fue capaz de enseñar a su hijo a ser un buen jinete y no pudo enseñarle las virtudes que él tenía? Examinados otros personajes similares: Pericles, Tucídides, Arístides, etc. en todos se da la misma circunstancia que en Temístocles.è la virtud no es posible enseñarla, cosa que enfurece a Anitos.
Si no puede ser enseñada por virtuosos ni por sofistas, si no tiene maestros ni discípulos: la virtud no se puede enseñar.
Menón pregunta ahora por la razón de que haya personas virtuosas y suponiendo que las haya cómo llegan a serlo.
Entrada de la opinión verdadera como otra cualidad aparte de la razón capaz de dirigir correctamente la acción.
Diferencias: la ciencia permanece en la persona que la adquiere (símil de la atadura en las estatuas de Dédalo), mientras que la opinión verdadera es volátil, no está siempre con el que la posee ( huye si no se ata è la ciencia tiene más prestigio que la opinión verdadera.
Si la ciencia y la opinión verdadera no son dadas por la naturaleza, no es la naturaleza quien hace virtuosas a las personas è ¿qué, pues? ¿Es susceptible de ser enseñada?  No.
Hay dos cosas que guían bien a las personas: la ciencia y la opinión verdadera.
La virtud no es enseñada, luego no es ciencia. De esta manera, la ciencia queda descartada de la política. Los grandes políticos fueron guiados por la opinión verdadera, de ahí que no pudieran enseñarla è la virtud es un favor divino, es un don concedido por la divinidad.
¿Qué hay de ello, y en qué consiste este don? Promesa de una figura investigación y el diálogo se termina con esta conclusión.

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