domingo, 14 de agosto de 2011

EL HUMANISMO RENACENTISTA


Francesco Petrarca (1304-1374) es[1] unánimemente considerado el primero de los humanistas. Analizando la corrupción y la impiedad de su tiempo, descubre sus causas en:
1)                  Recrudecimiento del naturalismo difundido por el pensamiento árabe è Averroes. El antídoto contra este mal: en lugar de dispersión en el conocimiento exterior de la naturaleza, volver a uno mismo, a conocer la propia alma.
2)                  Predominio de la dialéctica y de la lógica: contra esto, en lugar de dispersarse en ejercicios vacíos, redescubrir la elocuencia, las letras humanas ciceronianas.
El programa petrarquesco: la verdadera sabiduría reside en el conocerse a uno mismo y el camino (el método) para lograr tal sabiduría è las artes liberales.
Obras de pensamiento: Sobre la propia ignorancia y la de muchos otros (contra el naturalismo averroísta) Epístola (donde cuenta el pasaje famosos de la subida al monte Ventoso “Los hombres se dedican a admirar las montañas, pero se olvidan de sí mismos (S. Agustín)”.
Petrarca insiste repetidamente sobre el hecho de que la dialéctica lleva a la impiedad y no a la sabiduría. Los silogismos no desvela el sentido de la vida, esto lo hacen las artes liberales adecuadamente cultivadas: no como fin en sí mismas, sino como instrumentos de formación espiritual (instrumentalismo).
Aristóteles es respetable, pero fue quien proporcionó sus armas al naturalismo averroísta è Platón es, en cambio, el símbolo del pensamiento humanístico.


Lorenzo Valla (1407-1457). Su postura filosófica se expresa en la obra Del verdadero y del falso bien è polémica contra el ascetismo estoico y contra los excesos del ascetismo monástico, en oposición de los cuales enarbola la noción de “placer”, entendido en su acepción más amplia y no como mero placer de la carne.
Intenta la recuperación del epicureismo vuelto a fundamentar y a proponer sobre bases cristianas: todo lo que ha hecho la naturaleza no puede ser sino santo y laudable, y el placer es interpretado desde esta óptica, considerándolo también como santo y laudable. Sin embargo, puesto que el hombre está hechote cuerpo y alma, es placer se da en diversos planos. Existe, pues, un placer sensible, que es el más bajo; después vienen los placeres del espíritu, de las leyes, de las instituciones, de las artes y de la cultura. Por encima de todos ellos, se encuentra el amor cristiano de Dios”.
Placer es aquella felicidad de la que el alma goza en el paraíso[2]. El ensanchamiento de la voluptas va más allá de la doctrina del mismo Epicuro. èel choque de esta doctrina con el cristianismo cambia su signo.
 Sobre el libre albedrío: en contra de la razón silogística y en contra del conocimiento de lo divino, entendido a la manera aristotélica. Valla opone las instancias de la fe tal como la entiende San pablo, contraponiendo las virtudes teologales a las virtudes del intelecto. Desde esta óptica únicamente se entiende el Discurso sobre la falsa y engañosa donación de Constantino : è demuestra través de un riguroso razonamiento filológico la falsedad del documento sobre el cual la Iglesia basaba la legitimidad de su poder temporal, fuente de corrupción. La correcta interpretación de la palabra restituye la verdad y ésta salva.
La labor de investigación filológica è Comparaciones y notas sobre el Nuevo Testamento: se propone restituir el texto del Nuevo Testamento oponiendo el método filológico a las cuestiones medievales, eliminándoles todos los añadidos que habían ido depositándose. Para Valla la lengua es sacramentum, una encarnación del espíritu de los hombres, la palabra encarnación de su pensamiento è la sacralidad del lenguaje, la necesidad de respetar la palabra devolviéndole su carácter genuino, hermenéutica de los textos para aprehender el espíritu que encierran.

Salutati

Coluccio Salutati (nacido en 1331). Siguió el camino abierto por Petrarca. Llegó a canciller de Florencia desde 1374 a 1406.
a)                   Continuó con gran energía la polémica contra la medicina y las ciencias naturales, reiterando las tesis de la supremacía de las artes liberales.
b)                   Sostuvo, contra la dialéctica, una perspectiva de la filosofía entendida como mensaje atestiguado y comunicado a través de la vida misma.
c)                   Defendió el primado de la vida activa sobre la contemplativa.
d)                   Promovió la creación de la primera cátedra de griego en Florencia.
Obras: Epístolas y  Sobre la nobleza de las leyes y de la medicina.

Bruni

Discípulo, amigo y continuador de la obra de Salutati: Leonardo Bruni (1370/74-1444): primero trabajó como empleado en la Curia romana y luego fue canciller de Florencia. Aprendió el griego: tradujo a Platón, a Aristóteles, a Plutarco, Jenofonte, Demóstenes y Esquines. Poseen interés filosófico su Diálogos, la Introducción a la promoción moral y Epístolas. La fama le viene por las traducciones de Política y Ética de Aristóteles è modificar el enfoque de estos textos, suministraron una savia para la especulación misma.
Bruni opuso al humanismo espiritualista e intimista de Petrarca un humanismo civil y políticamente más comprometido. Los clásicos son maestros de virtudes civiles. Para Bruni: concepto aristotélico del hombre como animal político è el hombre se realiza de forma plena y auténtica únicamente en aquella dimensión social y civil (Aristóteles en Política).
La Ética de Aristóteles è revalorizada. Su dimensión contemplativa ha sido deformada: para Bruni lo que vale no es el objeto contemplado, sino el hombre que piensa y en la medida que piensa, actúa. El sumo bien de la Ética a Nicómaco no es bien abstracto sino el bien del hombre, la realización concreta de su virtud, que como tal otorga la felicidad. Como Aristóteles, Bruni revaloriza el placer entendido como una consecuencia de la actividad que el hombre desarrolla de acuerdo con su naturaleza. También con Aristóteles è el verdadero parámetro de los juicios morales es el hombre bueno y no una regla abstracta.

Alberti


León Battista Alberti (1404-1472): se ocupó de temas filosóficos, de matemáticas y de arquitectura. Famosos sus libros Sobre la arquitectura, De la pintura, De la familia, Del gobierno de la casa, Momo, Intercenali. Temas:
a)                  Crítica a las investigaciones teológico-metafísicas, que se consideran vanas, contraponiendo a ellas las investigaciones morales. è es inútil tratar de descubrir las causas supremas de las cosas: solo se puede conocer aquello que cae bajo sus ojos, eso es, bajo la experiencia.
b)                  Exaltación del homo faber y de su actividad práctica y constructiva, que no acaba en la utilidad para el individuo, sino para todos los hombres y para la ciudad. Ataca a Epicuro: carece de sentido la contemplación sin la acción. Alaba a los estoicos en cuanto a la concepción del hombre como manipulador y transformador de la naturaleza.
c)                  En las artes, Alberti: è importancia del orden y la proporción entre las partes: el arte reproduce y recrea aquel orden subsistente en la realidad de las cosas.
d)                  Filosofía urbanística ante litteram.
e)                  Relación entre virtud y suerte. Para Alberti la virtud es sobre todo la areté griega, más que la virtus cristianaè aquella peculiar actividad del hombre que le perfecciona y que garantiza su hegemonía sobre las cosas. Alberti está firmemente convencido de que la virtud, cuando se considera y se ejerce de modo realista y no veleidoso, supera la suerte.

Todo el pensamiento renacentista y humanístico è anhelo de renovación religiosa. La problemática religiosa tiene su escenario fuera de Italia, con Erasmo de Rotterdam y sobre todo con Lutero. El primero colocó el humanismo al servicio de la reforma y no rompió con la Iglesia católica; el segundo, en cambio, invirtió el sentido del humanismo y quebró la unidad cristiana.
Desiderio Erasmo[3] (latinización del nombre flamenco Geer Geertsz) nació en Rótterdam en 1466, se ordenó sacerdote en 1492 y obtuvo dispensa de oficios y hábitos. Lutero se anticipó en muchas posturas intelectuales a algunas posiciones de Lutero; después de la frontal ruptura de Lutero con roma, Erasmo escribió en contra suya un tratado Sobre el libre arbitrio. Tampoco estaba a favor deroga è neutralidad que le granjeó el olvido después de muerto.
Obras: Manual del soldado cristiano (1504), Proverbios (1508) El elogio de la locura (1509) Sobre el libre arbitrio (1524) y una edición critica del Nuevo Testamento. Murió en 1536.

La concepción humanista de la filosofía cristiana

Erasmo se opone a la filosofía entendida como construcción de tipo aristotélico-escolástico, centrada sobre problemas metafísicos, físicos y dialécticos è tono despreciativo.
La filosofía es un conocerse a sí mismo (Sócrates, Solón, Delfos): conocimiento sapiencial de vida, una sabiduría y una práctica de vida cristiana.
Esta filosofía de Cristo es un renacer, un volver a la naturaleza bien creada.
La gran reforma que propugna Erasmo: quitarse de encima todo aquello que el poder eclesiástico y las disputas de los escolásticos han agregado a la sencillez de las verdades evangélicas, confundiéndolas y complicándolas. Cristo ha indicado el camino: fe sincera, caridad no hipócrita y esperanza que no decae.
Es preciso volver a los orígenes è edición crítica y traducción del Nuevo Testamento: la reconstrucción filológica y su correcta edición poseen para Erasmo un significado filosófico muy preciso, más allá de la mera actividad técnica y erudita.

El concepto erasmista de “locura”


El espíritu filosófico: Elogio de la locura.
Erasmo muestra una amplia gama de grados de locura, mediante un juego hábil, empleando a veces la ironía socrática, o paradojas atrayentes, o la crítica lacerante y la palmaria oposición. Por momentos, Erasmo denuncia la locura con intención de condenarla; pero por el contrario en otras ocasiones, como sucede con la fe, con la clara intención de exaltar su valor trascendente; a veces solo muestra la humana ilusión, presentándola como elemento indispensable para vivir. Nos aparta los velos y nos permite ver la comedia de la vida y los auténticos rostros de quienes se ocultan bajo las máscaras. Al mismo tiempo, nos permite comprender el sentido de los escenarios, de los disfraces, de los actores, y busca que las cosas se acepten en todos los casos tal como son.
La culminación: la fe. La culminación de culminaciones: la felicidad celestial, propia de la otra vida, pero de la cual a veces aquí en la tierra los piadosos están en condiciones de percibir su sabor y su aroma, aunque sea durante un instante.
La rigidez con que Erasmo fustigó a papas, prelados, eclesiásticos y monjes de su época, determinadas costumbres que se habían infiltrado en la Iglesia, determinadas afirmaciones doctrinales, le atrajeron la animadversión de los católicos. Algunas de sus obras quedarán prohibidas, se recomendará cierta cautela crítica. Lutero se enfureció (polémica del libre arbitrio) y con violencia calificó a Erasmo de ridículo, necio, sacrílego, charlatán, sofista e ignorante: Lutero (como Hitler y tantos otros fanáticos inductores de crímenes en masa) no admitía oposiciones.

Michel de Montaigne (1533-1592) se integra en el cuadro del pensamiento helenístico, en concreto del escepticismo, dominante en el siglo XVI en toda Europa[4]. En él el escepticismo convive con una fe sincera: al ser el escepticismo una desconfianza de la razón, no pode en discusión la fe, que se mueve en un plano diferente y en consecuencia resulta estructuralmente inatacable por la duda. La naturalidad del conocimiento de dios depende de manera total y exclusiva de la fe.
El fideísmo de Montaigne no es el de un místico, y el interés de los Ensayos se centra de forma predominante en el hombre y no en Dios. Para Montaigne el lema délfico “conócete a ti mismo” se convierte en programa del auténtico filosofar. Más: los filósofos antiguos se proponían conocer al nombre con objeto de alcanzar la felicidad. La dimensión más auténtica de la filosofía es la de la sabiduría, que enseña cómo vivir para ser felices.
Sexto empírico è a los escépticos les había tocado solucionar el problema de la felicidad, precisamente mediante una renuncia al conocimiento de la verdad. Así pues, teniendo en cuenta los atributos del hombre: miserable, limitado, mediocre…. è captemos el sentido de esta miseria, de tal limitación y de tal mediocridad. Ahora bien, si comprendemos esto è comprenderemos que la grandeza del hombre reside precisamente en su mediocridad.
“El “conócete a ti mismo” no podrá llegar a una respuesta sobre la esencia del hombre, sino únicamente sobre las características del hombre individual, respuesta que se obtiene viviendo y observando cómo viven los demás, tratando de reconocerse a uno mismo reflejado en la experiencia de los otros. Los hombres son distintos entre sí, no es posible establecer las mismas normas para todos è cada uno debe construirse una sabiduría a la medida, sólo puede ser sabio con su propia sabiduría: hay que decir sí a la vida, en cualquier circunstancia.
Marcel Conche, exegeta y comentarista resume: que la vida nos es otorgada como algo que no depende de nosotros. Detenerse en lo negativo nos lleva a la negación de la vida. El sabio debe tratar de rechazar todo argumento contra la vida y decir sí a la vida, y por lo tanto sí a todo de lo que está hecha la vida, sí al dolor, a las enfermedades, a la muerte. Morir no es más que el último acto del vivir, y saber morir forma parte del vivir. Saber vivir quiere decir no tener necesidad, para ser felices, de nada más que del acto presente del vivir. El sabio vive el presente y para él el presente es la totalidad del tiempo.




[1] En REALE ANTISERI, tomo II Capítulo II. Insertaré las ampliaciones tomadas de otras fuentes en notas al pie, como en otros temas.
[2] Incluye REALE ANTISERI una interpretación de Eugenio Garin del sentido del placer de Valla, incardinándolo en la dirección lucreciana de la voluptas, defensa de la divinidad de la naturaleza. A Garin le parece que la defensa encarnizada del antimaniqueísmo parece conducir a Valla al pelagianismo, aunque se justifica su llamada a la experiencia cristiana entendida no solo como redención del alma, sino como redención del hombre (carne y alma).
[3] Sigo REALE ANTISERI, op. cit. tomo II capitulo III EL Renacimiento y los problemas religiosos y políticos (pgs. 954 y ss)
[4] En REALE ANTISERI, dice que junto con el epicureismo y el estoicismo, el siglo XVI se caracteriza por el renacer del escepticismo, en la formulación que le había otorgado Sexto Empírico. Esta corriente logro crear un clima de cultura peculiar, sobre todo en Francia, en Montaigne. El primero en utilizar a Sexto Empírico fue Juan Francisco Pico de la Mirándola, sobrino del gran Juan Pico, en su obra Examen de las vanidades (1520) En este libro se emplean los materiales escépticos con la finalidad de demostrar la insuficiencia de las teorías filosóficas è de la razón en solitario: para alcanzar la verdad hace falta la fe. Postura similar es la de H. Cornelius (Agrippa de Nettesheim, conocido como mago) quien defiende que la fe es la única que conduce al hombre a la salvación y no las ciencias y las artes humanas, que son refutadas con argumentos tomados de Sexto Empírico.

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