Los pocos datos que suministran los manuales que utilizo se circunscriben a lo siguiente:
Obra inacabada . Bacon[1] describe una isla en la que está situada la Casa de Salomón, un instituto consagrado al estudio y contemplación de las obras y las criaturas de Dios.
Se informa de que el propósito de la fundación es conocer la causas y movimientos y virtudes internas de la naturaleza y la mayor extensión posible de los límites del poder humano.
Bacon nos comunica que los habitantes de esa sociedad le refieren las investigaciones e inventos del instituto, entre los que figuran submarinos y aeroplanos[2].
Representa[3] una ejemplarización de la convicción baconiana de la función práctica de la ciencia, y aunque él mismo llevó a cabo experimentos, no puede decirse que contribuyese mucho personalmente a la realización de los sueños.
Resumen de su sistema filosófico
Campanella[4] (1568-1639), comenzó siendo telesiano è contacto directo con la única fuente de conocimientos, la naturaleza, a través de los sentidos: ruptura con la cultura libresca. Filosofar es aprender a leer la creación de visu o mejor per contactum intrinsecum, aunándose con las cosas. Campanella, de manera sensista se expresa simbólicamente a través de la interpretación que formula con respecto a la palabra “Sapiencia” (que él deriva de sabor). El gusto implica un llegar a la intimidad de la cosa con el sabor. El sentido es una interiorización, una coparticipación en la cosa. Un penetrar el proceso vital de todo.
Refutó el escepticismo basado en la autoconciencia: noción de parecido sorprendente con la de Descartes. (La Metafísica de Campanella fue publicada al año siguiente del Discurso de Descartes, pero había sido escrita muchos años antes. Con imposibilidad de publicarla debido a sus 27 años de permanencia en la cárcel). Para Campanella todas las cosas están dotadas de una sapientia indita o innata, por la cual saben que son y se encuentran apegadas a su propio ser. Esta autoconciencia es un sensus sui , un autosintiente. El conocimiento que las cosas tienen de lo distinto de sí es una sapientia illata, una sabiduría que se adquiere por contacto con las demás cocas. Cada cosa en modificada por la otra, y en cierto modo, se transforma, se aliena en la otra. La conciencia innata está oscurecida por el conocimiento que le sobreviene sobreañadido è se convierte en un sensus abditus oculto por los conocimientos que se le superponen. En las cosas, el sensus sui permanece predominantemente oculto; en el hombre, puede llegar a elevados niveles de conciencia y en Dios se manifiesta en toda su perfección. Además del alma espiritual, admite en el hombre la mente incorpórea y divina. El conocimiento, es pérdida y adquisición: es adquisición a través de la pérdida. Ser es saber, se sabe lo que se es.
El conocimiento revela la estructura de las cosas. Todas las cosas están constituidas por la potencia de ser , por el saber que se es y por el amor de ser: las primalidades del ser.. Todo ente en la medida en que puede ser:
a) es potencia de ser
b) todo lo que puede ser sabe que es
c) si sabe que es, ama el propio ser.
Las cosas hablan y se comunican entre ellas de forma directa: pampsiquismo. Hay generación espontánea de todos los vivientes, hasta de los superiores, porque todo está en todo y por lo tanto puede derivarse de todo.
En lo que concierne al arte de la magia, distingue tres formas:
a) Divina: la que Dios concede a los profetas y los santos.
b) Natural: arte práctico que emplea las propiedades activas y pasivas de las cosas naturales para producir efectos maravillosos e insólitos. è ampliada hasta abarcar a casi todas las artes.
c) Demoníaca: se vale de las artes de los espíritus malignos, y es condenada.
La ciudad del sol
Todo lo anterior nos sirve para entender los significados simbólicos de su obra La Ciudad del Sol.
Representa[5] la suma de las aspiraciones de Campanella. Su afán reformador del mundo su anhelo liberador de los males que nos afligen, mediante poderosos instrumentos de la magia y de la astrología: se contienen todas las aspiraciones del renacimiento.
La ciudad se levanta sobre una colina que domina un terreno muy extenso. Está dividida en “Siete círculos grandísimos”, cuyos nombres son los siete planetas conocidos, y se pasa de uno a otro por cuatro caminos y por cuatro puertas, que miran a los cuatro rincones del mundo. En la cima de la colina hay un templo redondo, sin murallas a su alrededor, pero situado sobre columnas muy gruesas y hermosas. Sobre la cúpula hay otra cúpula más pequeña, con una lumbrera colocada sobre el altar que está en el centro. Sobre el altar hay un planisferio bastante grande, en el que se representa todo el cielo, y otro, donde está la tierra. En el cielo de la cúpula están todas las principales estrellas del firmamento, anotadas junto con sus nombres y el influjo que ejercen sobre las cosas terrenas, con res versos para cada una siempre hay encendidas siete lámparas que reciben el hombre de los siete planetas.
La ciudad está regida por un príncipe-sacerdote que se llama Sol è jefe de todos. Los príncipes que le asisten se llaman Pon, Sir y MOR (Potestad, Sapiencia, Amor: primalidades del ser). Cada uno desarrolla las tareas apropiadas a su nombre. Todos los círculos de murallas se hallan historiados. En ellos se representan las imágenes símbolo de todas las cosas y de los acontecimientos del mundo. En el exterior del último círculoè todos los inventores de las leyes, de las ciencias y de las armas y además Jesucristo con los doce apóstoles.
Las virtudes vencen a los vicios: hay magistrados que velan por las virtudes y que llevan sus nombres.
Es una ciudad mágica (conocida también como Picatrix). Construida de forma que le permite captar todo el benéfico influjo de los astros en todos sus detalles: crisol sintético del renacimiento. Los habitantes de la ciudad ensalzan a Ptolomeo y admiran a Copérnico, pero protestan contra Aristóteles al que llaman pedante. Todos, naturalmente, profesan la filosofía de Campanella, y esperan al Mesías.
[1] Tomado de Historia de la Filosofía , tomo 3 Cap XIX.- F. Copleston, Edt. Ariel.
[2] Reale y Antiseri Historia del Pensamiento filosófico y científico, tomo 2 Ed. Herder: aporta: “En 1624 Bacon revisa New Atlantis donde sueña con una constitución en la que el favor más ilimitado y el interés más pródigo que se concedan a los nuevos métodos de la investigación científica y de la experimentación aplicada a todas las ramas de o cognoscible permitan un estado de florecimiento y bienestar, que no haya dolor humano ni padecimiento que no se vea satisfecho oportunamente. Se describen las fundaciones científicas, los institutos de investigación, la actividad laboriosa y la fraterna cooperación entre los sabios è extraña actualidad.
[3] Fraile en su Historia… la fecha en 1627 y la considera más interesante que el Novum Organum (es extraño). La describe como “breve obra incompleta, especie de utopía de la ciencia futura. En ella describe Bacon una ciudad ideal cuyos habitantes se dedican a estudiar y dominar la fuerzas ocultas de la naturaleza, para extender los confines del imperio humano a todo lo posible.
[4] Tomadas las anotaciones del libro ya mencionado de REALE-ANTISERI,
[5] Por su relación con la magia y los referentes míticos, puede observarse cierto parecido con la que JRR Tolkien describirá como Minas Tirith en su célebre trilogía del anillo. Las influencias de estas obras renacentistas sobre la literatura mítico-fantástica del siglo XX ha sido mucha, y ésta podría ser una muestra evidente de ello.
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