· Vida y obras
Nicolás[1] Kryfts o Krebs, nació en Cusa del Mosela en 1401. Ordenado sacerdote en 1426, desempeñó su puesto en Coblenza. En 1448 fue nombrado cardenal y en 1450 fue elegido para el obispado de Brixen. De 1451 a 1452 actuó como legado pontificio en Alemania. Murió el agosto de 1464 en Todi, Umbría.
Las obras más relevantes De concordia católica, De docta ignorantia, De Coniencturis, Apología doctae ignorantiae, De visione Dei y De mathematicis complementis, etc.
· El conocimiento humano y la “Docta ignorantia”
Sabemos de Dios lo que no es: la “ignorantia” è consecuencia de la humana psicología y de las limitaciones que necesariamente afectan a una mente finita cuando se sitúa frente a un objeto infinito. La ignorancia no es el resultado de la negativa a hacer un esfuerzo intelectual o de la indiferencia religiosa è procede del reconocimiento de la infinitud y trascendencia de dios. Es, pues, una ignorancia “instruida” o “Docta”. De ahí el título de la obra más famosa de Nicolás de Cusa “De docta ignorantia”.
Las principales ideas de la Docta ignorancia fueron compendiadas en el Idiotae y en el De venatione sapientiae. è Dios no puede ser definido por otros términos, sino que El es su propia definición.
· La conjetura
El nivel inferior del conocimiento humano es la percepción sensible. Los sentidos por sí mismos afirman.
La razón discursiva está gobernada por el principio de contradicción, el principio de la incompatibilidad o exclusión mutua de los opuestos.
La actividad de la razón no puede conducirnos más que a un conocimiento aproximado de Dios è todo conocimiento por medio de la razón discursiva es aproximado, y toda ciencia es “conjetura”. Teoría del conocimiento desarrollada en De coniecturis.
Nicolás explicó que el conocimiento natural de Dios más elevado posible se alcanza no por el razonamiento discursivo (ratio) sino por el entendimiento (intellectus), una actividad superior de la mente. Mientras que la percepción sensible afirma y la razón afirma y niega, el entendimiento niega las oposiciones de la razón.
En su actividad como entendimiento, la mente utiliza el lenguaje para sugerir significados no para enunciarlos è Nicolás emplea símbolos y analogías matemáticas con ese propósito.
Dios: (coincidencia oppositorum) la síntesis de los opuestos en un ser único y absolutamente infinito.
Dios trasciende todas las distinciones y oposiciones que se encuentran en las criaturas. è Distinción de esencia y existencia no puede ser una distinción en dios: en el infinito actual, la esencia y la existencia coinciden y son una sola cosa. En él, maximun y minimun coinciden
Subrayó la vía negativa en la aproximación del hombre a Dios. Si Dios no es semejante a criatura alguna, se sigue que la razón discursiva no puede penetrar la naturaleza de Dios. Sabemos de dios lo que no es más bien que lo que es: la teología negativa es superior a la teología afirmativa o positiva, y superior a ambas es la teología copulativa por la que Dios es aprehendido como coincidencia oppositorum: como el ser supremo y absolutamente máximo: no puede ser mayo de lo que es. Es unidad perfecta. Es a la vez lo más grande y lo más pequeño en una perfecta c. o. Toda teología es “circular”: los atributos que predicamos de Dios coinciden en la esencia divina de una manera que sobrepasa la comprensión de la mente humana.
En su última obra deja claro que posse ipsum divino es en sí mismo incomprensible e incomparable con el poder creado. En el Compendium se manifiesta en una diversidad de “signos”, como si una misma cara apareciera de modos diferentes en numerosos espejos.
Cuando Nicolás de Cusa afirma que Dios es a la vez el centro y la circunferencia del mundo no debe ser interpretado ni en un sentido panteísta ni en un sentido “A-cos místico”. El mundo no es una esfera limitada, con un centro y una circunferencia definidos: cualquier punto puede ser considerado como centro del mundo y éste no tiene circunferencia è dios puede ser llamado centro del mundo (está en todas partes, omnipresente) y puede ser llamado circunferencia en tanto que Él no está en parte alguna con una presencia local.
Recuerda a Juan Escoto Eriúgena: el mundo es una teofanía, una contracción del ser divino. El Universo es un contractum máximo que llega a la existencia mediante la emanación a partir del absolutum máximum. Toda criatura es un Dios creado. Dios es la esencia absoluta del mundo o universo y el universo es esa misma esencia en un estado de “contracción”. El mundo es nada aparte de Dios, y su relación a Dios es la de un espejo de lo divino. En la Apología Doctae ignorantiae Nicolás rechaza explícitamente la acusación de panteísmo.
Pero aunque el mundo conste de cosas finitas, es, en cierto sentido, infinito. Distinguía entre tiempo y duración, aunque no desarrolló el tema. El tiempo es la medida del movimiento, depende de la mente. Si el movimiento desapareciese, no habría tiempo; pero habría duración, la duración sucesiva es la copia o imagen de la duración absoluta que es la eternidad: solamente pocemos concebir la eternidad como una duración inacabable. La duración del mundo es, pues, la imagen de la eternidad divina, y puede ser llamada en algún sentido “infinita”. La duración del mundo es potencialmente inacabable.
El universo es uno, sin limitar por ningún otro universo: espacialmente “infinito”. Carece de todo centro fijo y no hay punto alguno que no pudiera escogerse como centro del mundo.
Nuestros juicios sobre el movimiento son relativos: no podemos alcanzar “la verdad absoluta” en esas materias astronómicas è en realidad no hay puntos fijos: en astronomía no podemos lograr más que un conocimiento aproximado o relativo.
La idea de jerarquía de niveles de la realidad a partir de la materia fue idea del aristotelismo: Nicolás hace especial hincapié en la cosa individual como manifestación única de Dios
a) no hay dos cosas individuales exactamente semejantes. Ninguna cosa individual realiza plenamente la perfección de su especie; y cada miembro de una especie tiene sus propias características distintas.
b) Cada cosa individual refleja el universo entero. El universo es una “contracción” del ser divino, y cada cosa finita es una “contracción” del universo. è
El mundo es un sistema armonioso: consta de una multiplicidad de cosas finitas; pero sus miembros están de tal modo relacionados entre sí y al todo que hay una “unidad en la pluralidad”. El universo es el despliegue de la absoluta y simple unidad divina, y el universo entero es reflejado en cada parte individual. Hay un “anima mundi” un alma del mundo: no entendida en el sentido de un ser existente distinto de Dios e intermedio entre Dios y el mundo. En la cosmología del Cusano no hay un estadio intermediario en la creación entre el infinito actual, Dios, y el infinito potencial, el mundo creado.
Así como el mundo grande, el universo, tiene su alma, así también tiene su alma el hombre. El universo se refleja en cada una de sus partes, y eso vale análogamente del hombre, que es el pequeño universo o mundo. La naturaleza del hombre es reflejada en una parte, puede decirse del hombre que “es un mundo perfecto”
El universo se refleja en cada una de sus partes, y eso vale análogamente del hombre (pequeño universo o mundo).
La naturaleza del hombre es reflejada en una parte del cuerpo más perfectamente que en otras (en la cabeza más que en la mano) è hombre: “mundo perfecto”, aunque pequeño mundo y una parte de mundo grande: representación finita de la coincidentia oppositorum divina. Cristo = naturalezas humana y divina unidas sin confusión è maximum concretum, y el médium absolutum = medio único y necesario por el que los seres humanos pueden ser unidos a Dios. Sin cristo es imposible para el hombre la felicidad eterna y no podemos ser incorporados a él sino a través de la Iglesia = el cuerpo (místico) de Cristo).
Fue influido por J. Escoto Eriúgena (al que creía discípulo de San Pablo): (doctrina del modo en que Dios se hace visible en sus criaturas), y también Echkart y sus antinomias alarmantes.
Como filósofo, Nicolás de Cusa es un pensador de transición que desarrolla y propone para futuros debates los temas medievales. Su filosofía de la naturaleza como sistema en desarrollo y autodespliegue, su idea de “infinitud” del mundo, la insistencia en la cosa individual y en la naturaleza como sistema de cosas individuales, mira hacia la filosofía leibniziana.
No era panteísta pero su filosofía puede ser agrupada con la de Bruno y otros filósofos de la Naturaleza renacentistas: estímulo para Leonardo da Vinci fueron sus estipulaciones matemáticas. Fue un pensador esencialmente cristiano y preocupado por la búsqueda del Dios escondido y cuyo pensamiento tuvo un carácter cristocéntrico.
Nicolás de Cusa estaba convencido de los derechos naturaleza de la soberanía popular. Tanto en el Estado como en la Iglesia : aborreció el despotismo y la anarquía.
1) Estado: el monarca no recibe su autoridad directa e inmediatamente de Dios, sino del pueblo a través del pueblo.
2) Iglesia: un concilio general es superior al Papa que solamente posee primado administrativo y puede ser depuesto si hay razones adecuadas para ello.
Mantenía la idea del imperio, pero lo veía bajo el signo de una federación.
Abandonó la teoría conciliar, no obstante y actuó como campeón de la Santa Sede. Tal cambio fue debido a una variación en sus convicciones teoréticas, influido por la convicción de que la causa de la Iglesia (su unidad) no sería promovida en realidad por la debilitación de la posición del papa en la Iglesia y pasó a concebir la suprema posición de la Santa Sede como expresión de la unidad esencial de la Iglesia.
[1] Sigo el Tomo 3 de Historia de la Filosofía de Copleston como texto principal Cap XV “Nicolás de Cusa”. Las adiciones, escolios y notas adicionales de otros manuales, irán debidamente insertas en sucesivas notas al pie.
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